El Banco Central de Japón parece dispuesto a continuar con la política acomodaticia durante toda una vida. Asustados por la caída en el crecimiento, descartan la idea de retirar estímulos. En China, los datos macroeconómicos dan hoy la cara y la cruz de su PIB.

En concreto, la producción industrial creció en mayo un 6,5% en términos interanuales, superando las expectativas del mercado. Ha aumentado especialmente la producción de acero y su venta, lo que vuelve a abrir el debate en la industria, que considera que deben aplicarse mayores políticas antidumping en Europa para evitar el derribo de los precios del sector.

Además, la inversión en activos fijos ha repuntado un 8,6% en los cinco primeros meses del año; una cifra positiva pero que queda por debajo de las expectativas (8,8%). La inversión privada se ha desacelerado entre enero y mayo hasta el 6,8% lo que sugiere que se debilita el apetito del sector por invertir. En cuanto a las ventas al por menor, han subido un 10,7% en mayo, por encima de lo esperado por el consenso del mercado.

Respecto al mercado inmobiliario, en mayo se desaceleró por primera vez la inversión en este sector, fruto de las restricciones que ha impuesto el Gobierno, en el que se prohíbe la venta de inmuebles en la nueva zona económica especial de Xiongan, y en el que se regulan las subidas de precios en el resto del sector. Eso sí, ha crecido la inversión en la compra de terrenos. Ante las prohibiciones, lo que muchos ciudadanos han comenzado a hacer (aunque no se pueda construir tampoco debido a las restricciones) es comprar terrenos en los que poder edificar con posterioridad. Muchos están comprando esas parcelas en lo que esperan que en el futuro forme parte también de la zona especial de Xiongan.

En Japón, como decíamos, han sucumbido a los datos macroeconómicos. El gobernador del Banco Central, Haruhiko Kuroda, entona hoy el “mea culpa” explicando que quizás se "han precipitado al anunciar la posibilidad de comenzar con la retirada de estímulos", y que eso "ha podido impactar en negativo en el crecimiento del PIB en el país". De hecho, desde el BoJ (Banco Central de Japón por sus siglas en inglés) insisten en que mantendrán la política de estímulos, los tipos en el 0,1% y el bono a diez años cercano al 0% (o en negativo).