Cierran los índices asiáticos con tono positivo en Asia, mientras las relaciones políticas y comerciales copan la actualidad. El presidente chino, Xi Jinping, está ya en Hong Kong con motivo de la celebración del 20 aniversario de la integración de esta región en China. La visita de Xi Jinping ha levantado fuertes recelos entre una población que considera que la injerencia de Pekín en su política es cada vez mayor. Otra relación que se está tensando estos días es la de Estados Unidos y Corea del Sur. El nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in, está en Washington D.C. y mañana será recibido por el presidente estadounidense, Donald Trump, que ya ha anunciado su intención de renegociar ciertos tratados para paliar el fuerte déficit que su país tiene con Corea del Sur, un país eminentemente exportador y que tiene en Estados Unidos su principal comprador. Reunión a la que Moon Jae-in ya ha anunciado que acude dispuesto a escuchar cualquier propuesta, siempre que mejore para ambas partes las condiciones actuales.

En Japón hemos conocido las ventas al por menor correspondientes al mes de mayo. Crecieron menos de lo esperado, con una subida del 2%, y algunos economistas advierten de que el consumo no está creciendo al ritmo que espera el Gobierno nipón, lo que lastrará el crecimiento también en el segundo trimestre del año.

En clave empresarial, Alibaba tiene ya el 83% de Lazada, un grupo de alimentación y ventas al por menor online en China, por el que acaba de pagar otros 1.000 millones de dólares. La idea del gigante del comercio electrónico es lograr una posición de mercado tan fuerte que Amazon tenga muy complicado el acceso. Pese a todo, desde la compañía fundada por Jeff Bezos meditan entrar en un mercado con 600 millones de compradores y en el que, de momento, solo una pequeña fracción accede al comercio electrónico.

Terminamos las crónicas donde comenzamos, en China. Anna Wong, economista de la Reserva Federal estadounidense, calcula que el dinero que gastan los turistas chinos en el extranjero (unos 215.000 millones de dólares en 2016) es solo un parte del gasto real. Considera Wong que las restricciones del Gobierno chino para evitar la salida de capitales del país están provocando un segundo efecto, en el que los turistas no son solo turistas, sino inversores. Una vez están en el extranjero se les permite formalizar ciertos gastos, con lo que compran valores en distintas bolsas europeas o de Estados Unidos, o adquieren un piso o una vivienda con la intención de venderla en unos años y tener ese dinero en un banco extranjero. De esta manera, los niveles de inversión china en el extranjero estarían a niveles precrisis.