Madrugada cargada de datos macroeconómicos en Asia, con la industria impulsando al sector manufacturero en China, igual que lo hacen las exportaciones, tanto en el gigante asiático como en Japón.

En cuanto a las cifras, el PMI manufacturero correspondiente a mayo (que sirve para medir la salud del mercado laboral) quedó en China en los 51,2 puntos, mientras que el del sector servicios alcanza los 54,5 puntos. Ambos datos están por encima de las expectativas y de los 50 puntos que marcan expansión en los distintos sectores, pero lo relevante es que ambos datos están respaldados por un leve aumento en las exportaciones, mientras que el sector servicios confirma la recuperación del consumo. Desde el Gobierno miran estas cifras con optimismo, porque sirven para medir el crecimiento del país, y no parece que China se esté desacelerando a un ritmo fuerte, sino poco a poco, y podría superar las previsiones de crecimiento de seguir en esta línea.

En Japón, la producción industrial creció en abril un 4%, casi en línea con lo que esperaba el mercado, y su mejor nivel en los últimos seis años. Desde el Ejecutivo nipón confían en que sea solo el inicio de un gran año para el sector automovilístico, que ha tirado con fuerza de esa producción industrial, y que todo ello sirva para apuntalar el crecimiento del PIB. El Banco Central de Japón espera que el crecimiento eleve los salarios, los salarios el consumo, y el consumo la inflación.

Corea del Sur también ha publicado el dato de producción industrial del pasado mes, que queda en el 1,7% (2,2% menos que en marzo). En todo caso, el dato supera las expectativas, que dada la evolución en el último mes de las grandes empresas surcoreanas, esperaban que el dato cayera todavía más.

Terminamos en clave empresarial con Toshiba, que presentará el 28 de junio sus cuentas a los accionistas, aunque lo hará de nuevo sin auditar, porque Pricewaterhousecoopers ha vuelto a negarse a avalar las cuentas debido al agujero contable de la división nuclear de Estados Unidos, Westinghouse. Un agujero que la propia compañía no termina de cuantificar con exactitud, y que ha lastrado el rumbo de la compañía en bolsa en los últimos meses.