El consumidor se encuentra en un proceso mental de superar la crisis, es más optimista y su predisposición es a gastar más, algo que se refleja en los hogares españoles que han desembolsado en productos de gran consumo una media de 4.179 euros en 2015, casi un 2% más que en 2014.

No obstante, hay datos que llaman a la prudencia. 6 de cada 10 consumidores se piensa un gasto extra y el 40% de los hogares no compra marcas por el precio. Además entra en juego el auge de las grandes superficies que cada vez se hacen un hueco en los centros de las ciudades. El líder es Mercadona y gana cuota de mercado Día y Lidl, aunque la marca blanca se va a estancar en 2016. ¿Qué ocurre? Se comen el negocio de los pequeños comercio. Muchos de ellos van a echar el cierre en 2016.

Por otro lado, 3 de cada 10 hogares gasta más dinero en el supermercado de lo que había presupuestado en 2014. Otro síntoma que podría reflejar una mejora de la economía española es que salimos más: las comidas y cenas realizadas en casa han caído un 0,6%.

El e-commerce sigue el auge. Uno de cada cuatro hogares ya realiza alguna compra de gran consumo por la web y cada vez copiamos las costumbre de nuestros vecinos europeos como los cambio de horarios en la comida o cena en las cuales buscamos recetas más saludables, fáciles y buenas.