Luis María Linde dice adiós a su trayectoria como gobernador del Banco de España. Hereda sus funciones Pablo Hernández de Cos.

De la nacionalización de Bankia a la muerte del Popular, así es como han transcurrido los últimos seis años de Luis María Linde al frente del Banco de España. Un lustro más uno marcado por el rescate de las cajas de ahorros y la concentración bancaria.

Cuando Linde tomó el relevo de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, los bancos eran considerados los culpables de todos los males de la crisis financiera. Por extensión, el Banco de España atravesaba su propia crisis de credibilidad agravada por el caso Bankia, que acababa de ser nacionalizada con una inyección de dinero público de más de 20.000 millones de euros. Dos años después, Linde confiaba en la privatización de Bankia sin fijar plazos.



Linde ha dirigido la batuta de la adopción de medidas para reforzar la resistencia del sector bancario siempre con la mirada puesta en las peticiones del Banco Central Europeo. Ajustes de plantillas, cierres de oficinas, procesos de saneamientos y fusiones de cajas han sido las principales medidas acometidas. En 2009, España contaba con 57 entidades: 45 cajas de ahorro y una docena de bancos. Ahora sólo queda la docena.

Pero la quiebra del Banco Popular ha ensombrecido el final de su etapa como Gobernador del Banco de España. El Popular se convirtió en la primera entidad española intervenida por el Banco Central Europeo, encargado de su supervisión desde el año 2014.

El problema es que las complicaciones con la entidad venían de antes, por lo que se le recriminó al Banco de España que podría haber hecho más por evitar la situación, ya que conocía las cifras que se manejaban en el Popular. Pero el Banco de España eludía cualquier responsabilidad.

Para Linde en aquel momento era importante remarcar que el problema del Banco Popular no fue de solvencia, sino de liquidez. De lo contrario, el Banco de España no hubiese podido inyectarle liquidez de emergencia

Desde su posición, Linde ha tenido que lidiar no sólo con la resolución del Banco Popular, sino con otros temas polémicos como las reclamaciones por las cláusulas suelo, pasando por asuntos como la pérdida de la competencia supervisora del Banco de España a favor del Mecanismo Único de Supervisión.

Un año después del Caso Popular, con la marea menos revuelta, pero no calmada, toma el relevo como gobernador Pablo Hernández de Cos, hasta ahora director general de Economía y Estadística del Banco de España.

Uno de los principales retos que tiene ahora de Cos es apaciguar la guerra interna entre la cúpula del Banco de España y los inspectores de la institución que vigilan el sistema financiero a las órdenes del BCE. Un trabajo complicado, pero quizás más sencillo para alguien que lleva toda una vida en el supervisor.

Del mandato de Linde Pablo Hernández de Cos hereda la responsabilidad de recuperar el prestigio del banco. Una cuenta pendiente que el ya exgobernador no ha conseguido saldar debido al fiasco del Popular.