Arabia Saudí da un paso más para la que podría ser la salida a bolsa del año. La venta de hasta un 5% de la petrolera estatal Saudi Aramco se concretará en el segundo semestre de 2018 en el marco del plan de reformas Visión 2030 que busca reducir la dependencia del petróleo del reino.

Aramco trabaja para obtener préstamos baratos antes de debutar en bolsa. Busca miles de millones de dólares de la mano de bancos que quieren fortalecer sus relaciones con el gigante petrolero. Citigroup, Standard Chartered y Sumitomo Mitsui Banking Corporation le asesoran sobre las transacciones que, según fuentes de la agencia Reuters, podrían recaudar al menos 5.000 millones o 6.000 millones de dólares.

Esta apuesta por recaudar fondos es el último indicador del esfuerzo de Arabia Saudí para garantizar que la que podría ser la mayor oferta pública inicial del mundo siga adelante, frente a la especulación del mercado donde ya se rumorea que los planes de venta podrían retrasarse o, incluso, cerrarse.

Los préstamos ofrecerán retornos escasos, probablemente menos del 1% anual, pero las fuentes aseguran que las entidades esperan posicionarse de cara al debut en bolsa. Aramco también gana con este movimiento. Una vez que cotice en bolsa dejará de ser una entidad exclusivamente estatal y no podrá beneficiarse de la financiación barata de la que goza en la actualidad.

No es el único cambio. Arabia Saudí ha modificado también el estatus de Aramco para transformarla en una empresa de capital conjunto desde el 1 de enero de este año, un requisito fundamental para que las empresas locales puedan cotizar en bolsa.