China ha lanzado hoy el esperado contrato de futuros de petróleo en yuanes en la Bolsa Internacional de Energía de Shanghái. Con este paso el gigante asiático busca convertir el yuan en la moneda de referencia para fijar los precios sobre las materias primas.


La Comisión Reguladora de Valores de China ya lo había anunciado hace unas semanas trás varias décadas retrasándolo. Con esta operación, China desafía las referencias petroleras del mundo denominadas en dólares, el Brent y el Wst Texas Intermediate.


Se trata del primer futuro cotizado en la parte continental de China abierto a los inversores extranjeros. El país asiático busca que desde el exterior haya una aceptación de los futuros y estos se conviertan en una referencia para las transacciones globales de petróleo.


El Ministerio de Finanzas chino ya anunció hace tan solo unos días la suspensión de los impuestos sobre los ingresos de los inversores extranjeros que negocien contratos de futuro de crudo en yuanes.


Esta suspensión fiscal se extenderá durante tres años de duración para los inversores individuales en el extranjero y también estará vigente para los inversores institucionales, aunque para ellos no se ha especificado la duración del plazo.


Los futuros cotizados son contratos que se entregarán desde septiembre hasta marzo de 2019. Los precios de referencia de los 15 contratos se han fijado en 416 yuanes  (53,4 euros), 388 yuanes (49,8 euros) y 375 yuanes (48,1 euros) por barril, dependiendo de las fechas de entrega.

El precio de apertura del contrato comenzó en 440 yuanes  (56,4 euros) por barril, y veinte minutos después de la apertura ya se habían realizado 14.000 transacciones.

China es hoy el segundo consumidor de petróleo a nivel mundial por detrás de Estados Unidos y es probable que la demanda aumente en el futuro con el aumento del poder adquisitivo de la población.

En ausencia de un punto de referencia del crudo en la región, los países asiáticos pagan más que Europa y América por el petróleo importado y, en el caso de China, son 2.000 millones de dólares adicionales al año.