Tendré mi propio estilo. Así que como dije antes, no hagan demasiadas interpretaciones, no hagan dobles lecturas, no mezclen referencias. Voy a ser yo misma y por eso probablemente diferente.

Con estas palabras, Christine Lagarde se ha estrenado en su primera reunión de política monetaria al frente del BCE. Una primera rueda de prensa en la que ha dejado sin cambios los tipos de interés.

Lagarde ha reconocido que su mandato será el mismo. Pero la manera de conseguir hacerlo efectivo puede cambiar. A partir de enero la nueva Presidenta del BCE revisará la estrategia del organismo. El BCE vigila muy de cerca lo que pueda ocurrir con el Brexit y la guerra comercial antes de presentar cuál será la nueva forma que le dará a su mandato. Así lo ve Javier Ferrer, de Ahorro Corporación.

Javier Ferrer: "El BCE espera al desarrollo del Brexit y la guerra comercial para anunciar su revisión estratégica"

Es uno de los puntos más interesantes que ha introducido hoy Lagarde en el discurso del BCE, tal y como señala Nicolás López, director de análisis de MG Valores.

Nicolás López: "Lagarde ha introducido cuestiones como el cambio climático, habrá que ver cómo lo encaja en la política monetaria"

Desigualdad y cambio climático son dos de los factores que meterá en su nueva estrategia. Dos factores que hasta ahora el BCE no tenía en cuenta pero que considera muy relevantes para monitorizar correctamente la economía de la eurozona. Uno de los grandes retos será ver cómo encaja estas nuevas variables.

Nicolás López: "Las reuniones del BCE tendrán más interés por los anuncios que pueda lanzar más allá de la política monetaria"

Mantiene los tipos de interés en el 0% y el tipo de facilidad de depósito en el -0,50%. Según su discurso, los tipos de interés se van a mantener en los niveles actuales o más bajos hasta que las perspectivas de inflación converjan a un nivel cercano pero por debajo del 2%, dentro de du horizonte de proyección.

Lagarde, antigua directora del Fondo Monetario Internacional, tomó el relevo de Mario Draghi como Presidenta del Banco Central Europeo el pasado 1 de noviembre. Con ella, una nueva figura entra en el escenario de la política monetaria global.

El rol que asume Lagarde ahora no es sencillo: dirigir el rumbo del BCE en un periodo difícil. Su predecesor, Mario Draghi, impulsó el pasado mes de septiembre una batería de estímulos para reactivar los precios y la economía: redujo 10 puntos básicos el tipo de depósito al -0,50%; reactivó el plan de compra de bonos, que comenzó el pasado 1 de noviembre y puso una tercera ronda de liquidez para la banca, los llamados TLTROs.

El BCE espera que las compras netas reiniciadas el pasado mes de noviembre (a un ritmo de 20.000 millones mensuales), funcionen durante el tiempo que sea necesario para reforzar el impacto de sus tipos de interés.

Figura de unión en el BCE

Lo que se espera ahora de Lagarde es que adquiera un papel de cohesión que consiga unir las distintas voces del organismo. Su prioridad será crear consensos amplios y garantizar que el BCE habla y actúa con una sola voz. Es decir, eliminar la división que se puso en evidencia tras la última decisión de reanudar las compras de activos.

Otra de las cuestiones que regirán su mandato se centra en el objetivo de inflación. El consenso del mercado prevé que Lagarde rediseñe el objetivo de inflación del BCE, algo que podría suceder a partir de enero. La meta de inflación actual se sitúa por debajo, pero cerca del 2%, una cifra que hasta ahora se ha incumplido, incluso con los estímulos que se han puesto en marcha.