La última vez que Mario Draghi acudió al encuentro de banqueros centrales de Jackson Hole fue en 2014, cuando anunció el programa de expansión cuantitativa e inició un cambio sin precedentes en la política monetaria de la eurozona. Tres años después el banquero central europeo vuelve a Wyoming, respaldado por la recuperación europea y bajo la mirada atenta del mundo económico y el mercado. A pesar de que él mismo se ha encargado de enfriar las expectativas, los inversores mirarán con lupa esta semana todos sus mensajes en busca de pistas sobre el futuro inmediato de la política monetaria europea.

En un momento en que la inflación de la zona euro se sitúa en el 1,3% -aún lejos del objetivo del 2% marcado por el BCE- el mercado busca indicios sobre cómo reducirá el organismo monetario las compras de deuda, cuándo retirará el tipo de depósito del -0,40% o comenzará a subir el precio del dinero.

"Draghi esta atrapado por su éxito pero también por la realidad. El BCE lo ha hecho muy bien, Draghi ha tomado unos riesgos muy importantes en los últimos años sin los cuales Europa no sea recuperaría como se está recuperando, pero creo que ha cometido el error de fijar el objetivo de inflación en el 2%", explica Ramón Forcada, director de análisis de Bankinter. "El mundo ha cambiado, la demografía es adversa, la recuperación es débil. Decir que la inflación tiene que ir al 2% y que si no lo hace continuarás con estas medidas es complicado cumplirlo cuando el IPC no está en el 2% en ninguna parte" explica.



El banquero central europeo se enfrenta pues a una disyuntiva: no puede retirar los estímulos porque los precios no suben lo que debieran pero tampoco puede dejarlos eternamente. Por un lado, necesita munición de reserva en caso de que el contexto económico y financiero vuelva a empeorar. Por otro, algunas de sus herramientas de política monetaria están pasando factura al sector financiero, como explica Forcada: "El tipo de depósito en el -0,4% es tremendamente agresivo para la industria financiera". Siendo los bancos un sector clave de la economía "eso significa que cuando uno toma recursos de los clientes, si no puede tomar riesgos para invertirlos, sus depósitos valen cada vez menos".

En este contexto, la probabilidad de que explique la nueva hoja de ruta en Jackson Hole es mínima. Draghi ya anunció que sería en otoño cuando conoceríamos más detalles del tapering. Su mensaje, previsiblemente, se enfocará en cómo activar el crecimiento económico y en las reformas estructurales y fiscales que todavía tienen pendientes los gobiernos.