El Banco de Inglaterra ha reducido la previsión de crecimiento del Reino Unido por la incertidumbre sobre el impacto del Brexit en la inversión empresarial y un crecimiento más débil en el comercio global.

El BoE ha señalado que, tras crecer un 0,5% en el primer trimestre del año, se prevé un estancamiento de la actividad en el segundo trimestre y ha advertido de que el crecimiento parece haberse ralentizado desde 2018 por debajo del potencial.

El banco presidido por Mark Carney asume que el país evitará un “shock” del Brexit, pero reduce dos décimas su previsión de crecimiento para este año, hasta el 1,3% y tres para 2020, dejándola igualmente en el 1,3%.

En mayo, el banco central había pronosticado una expansión del PIB del 1,5% este año, de un 1,6% el próximo y de un 2,1% en 2021 que hoy ha elevado al 2,3%.

En su informe sobre inflación advierte que, aun en caso de una retirada negociada del bloque europeo, existe un 33% de probabilidad de que el PIB británico entre en recesión en el primer trimestre de 2020.

En cambio, si hubiera un Brexit “duro”, alerta de que habría una mayor contracción económica, un aumento de la inflación y otra caída de la libra, que esta semana alcanzó mínimos en dos años frente al dólar estadounidense al cotizar por debajo de 1,22 dólares.

A su vez, la entidad ha mantenido por unanimidad (9 votos a favor y 0 en contra) los tipos de interés en el 0,75%, tal y como esperaba el mercado, después de que este miércoles la Reserva Federal de Estados Unidos diera un giro a su política monetaria al rebajar en 0,25% los tipos de interés.

Los miembros del Comité del BoE han votado a favor de no introducir variaciones en sus medidas de estímulo monetario. Además, también han defendido mantener en 10 millones de libras esterlinas la emisión de reservas del banco central para financiar la compra de deuda corporativa, y continuar con el programa de 435.000 millones de libras esterlinas de compra de bonos soberanos.

En la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité de Política Financiera del Banco e Inglaterra, el gobernador Mark Carney aseguraba que las tensiones comerciales globales “se han intensificado” desde el último análisis en mayo, pero que, a pesar de que están preparados para un Brexit sin acuerdo, confían en que se podrá salir de manera ordenada.

Tras la intervención del Banco de Inglaterra, la libra esterlina ha bajado un 0,37% frente al dólar en el mercado de divisas, hasta 1,2116 dólares, y se mantenía plana ante el euro, en 1,0980 euros.