11 febrero 2015
El vehículo experimental creado para que Europa adquiera en el futuro la capacidad de reentrar en la atmósfera terrestre con un sistema de transporte reutilizable ha completado su misión con éxito. El avión de la ESA IXV -siglas en inglés de Vehículo Experimental Intermedio- ha llevado a cabo una reentrada perfecta, amerizando en el océano Pacífico al Oeste de las islas Galápagos

El avión IXV despegó el 11 de febrero a las 14:40 CET, desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou, en la Guayana Francesa, en un lanzador europeo Vega. Se separó del cohete a una altura de 348 km y continuó su ascenso hasta alcanzar los 413 Km. Durante su reentrada tomó una gran cantidad de datos, gracias a los más de 300 sensores con que está equipado.

Durante el descenso, el avión – de cinco metros de largo y dos toneladas de peso- redujo su velocidad de hipersónica a supersónica. La velocidad de reentrada, de 7,5 Km/seg a una altura de 120 Km, reprodujo las mismas condiciones a las que estaría sometida una nave que volviera a Tierra desde la órbita baja.

IXV planeó a través de la atmósfera antes de desplegar el paracaídas que frenaría aún más su velocidad de caída, hasta el amerizaje seguro en el océano Pacífico.

El Centro de Control de la Misión, en el ALTEC (Advanced Logistics Technology Engineering Centre) de Turín, Italia, vigiló de cerca el IXV durante toda la misión, recibiendo datos de vuelo y de los instrumentos desde el segmento de Tierra -integrado por las estaciones de seguimeinto en Libreville (Gabón) y Malindi (Kenia), y la antena en el barco de rescate Nos Aries, en el Pacífico-.

El IXV se mantiene en este momento a flote con flotadores hinchables, mientras el barco de rescate se apresura a recogerlo. Una vez en Europa, en el centro tecnológico de la ESA, ESTEC, en Holanda, el IXV será sometido a un análisis detallado.

Dominar la técnica de la reentrada significa abrir un nuevo capítulo para la ESA. Es una habilidad indispensable a la hora de desarrollar lanzadores con etapas reutilizables, para traer a Tierra muestras de otros planetas o para la vuelta a casa de los astronautas. Será igualmente importante para la futura investigación en observación de la Tierra y microgravedad, y en misiones de mantenimiento y retirada de satélites.

Los resultados iniciales de esta misión se harán públicos, previsiblemente, dentro de unas seis semanas.