Pekín tiene una gran cantidad de opciones encima de la mesa para tomar represalias contra el último aumento de los aranceles estadounidenses sobre las importaciones chinas y podría terminar combinando varias maneras para perjudicar a Estados Unidos.

Entre las medidas más destacadas destacan las importaciones a varios productos y entre los potenciales sectores destacan los productos agrícolas que EEUU exporta a China, especialmente el trigo, el maíz y el cerdo. Aranceles que se dirigirían directamente a una parte clave de la base electoral del presidente Donald Trump para las elecciones de 2020.

Desde la propia Adminsitración Trump, se espera una mayor presión sobre las empresas del país norteamericano que operan en China. El país de Xi Jinping también podría imponer sanciones a los aviones y vehículos estadounidenses, lo que dificulta la entrada de estos productos al mercado chino. Además, podría ir más allá del comercio de bienes y servicios específicos, particularmente en los sectores de finanzas, turismo y cultura, en un intento de restringir la inversión.

Otra opción entre las posibles represalias de Pekín podría incluir la depreciación de la moneda, ya que una caída en el valor del yuan daría a las exportaciones chinas una ventaja comercial y potencialmente, compensaría parte del impacto de los aranceles estadounidenses.

La opción menos probable de todas es que China podría deshacerse de su deuda estadounidense de más de un billón de dólares, pero el gigante asiático es el mayor poseedor de bonos del Tesoro de Estados Unidos, por lo que perjudican su propio balance.