Sobre las cinco de la madrugada los líderes de la Unión Europea han logrado alcanzar un acuerdo que les salve, por el momento, de la última crisis comunitaria. Se trata de un acuerdo de mínimos para gestionar los flujos migratorios y que ha costado más de diez horas de negociación.

La conclusión es que la Unión Europea apoyará económicamente a todos los Estados miembros, especialmente a los del sur, que reciben el contingente principal de los flujos migratorios, para enfrentar la inmigración ilegal. Países como España, Grecia o Italia, mantendrán a los inmigrantes en su territorio a cambio de ayuda financiera comunitaria. Tras decidir si estas personas tienen o no derecho a asilo, el resto de países podrá ofrecerse de forma voluntaria para acogerlos.

Aunque más difusa, también se mantiene sobre la mesa la propuesta de crear centros de inmigrantes controlados, para contener a los migrantes fuera de las aguas mediterráneas y separar a los económicos de los refugiados. Es más, el plan contempla que algunos países, de forma voluntaria, acepten acoger algunos de esos nuevos centros "de desembarco", aunque ningún Estado parece que esté dispuesto a establecerlos en territorio propio por el momento.
"La UE seguirá apoyando a Italia y a otros Estados miembros de primera línea a este respecto. Aumentará su apoyo a la región del Sahel, a los guardacostas libios, a las comunidades costeras y del sur, a las condiciones de acogida humana, a los retornos humanitarios voluntarios, a la cooperación con otros países de origen y de tránsito, así como al reasentamiento voluntario. Todos los buques que faenen en el Mediterráneo deberán respetar la legislación aplicable y no obstaculizar las operaciones del servicio de guardacostas libio"

"No es el mejor de los acuerdos pero es un acuerdo importante que camina en la dirección de continuar dando una perspectiva europea a un desafío que es europeo", ha asegurado el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a su salida de la cumbre. Considera que es una buena noticia para España que el Consejo Europeo se haya comprometido a destinar más recursos económicos al país para ayudar a hacer frente a los flujos migratorios y que la respuesta venga de un acuerdo común europeo.

El acuerdo también pasa por reforzar las fronteras exteriores e impulsar la financiación de Turquía, Marruecos y los Estados del norte de África para evitar la migración a Europa. El propio Consejo Europeo explica que las llegadas ilegales a Europa han caído un 96% desde su apogeo en octubre de 2015.

Foto: Consejo Europeo Foto: Consejo Europeo

En una declaración final llena de lenguaje intrincado para satisfacer los puntos de vista divergentes, los líderes han acordado establecer sitios conjuntos de procesamiento de asilo y restringir las migraciones dentro del bloque, pero dejan en claro que prácticamente todas sus promesas se llevarían a cabo "de forma voluntaria" por los Estados Miembros.

"Italia ya no está sola", ha declarado el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, cuyo Gobierno mantiene la postura de rechazo a la acogida liderada por Matteo Salvini.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha celebrado que la cooperación europea "había ganado el día" y la canciller alemana, Angela Merkel, ha reconocido que el bloque tiene aún "mucho trabajo por hacer para unir las diferentes opiniones". No está claro si el acuerdo será suficiente para aplacar a los socios de coalición de Merkel, la Unión Social Cristiana (CSU), que ha amenazado con cerrar la frontera de Baviera a los inmigrantes.