El pasado año, Cristiano Ronaldo se embolsó 93 millones de dólares, de los cuales 58 millones salieron de las arcas del Real Madrid. Su eterno rival, Leo Messi juntó 80 millones de dólares en los últimos 12 meses, eso sí perdió 1,4 millones con respecto a 2015. Y el tercer futbolista mejor pagado es Neymar con 37 millones, pero que seguro que aumentan considerablemente este ejercicio tras hacer las maletas para irse a la ciudad del amor.

Si se siguen mirando las cuentas de los Iniesta, Casillas, Isco, Luis Suárez, Griezmann, Torres, Asensio seguro que no pasan apuros para llegar a final de mes, e, incluso, costará contar los ceros de sus extractos bancarios. Sin embargo, la realidad del fútbol mundial es muy distinta, según Fifpro. Solo el 2% de los futbolistas cobraron 600.000 euros o más al año.

La realidad de la industria del fútbol, la que está alejada de las cámaras y los flashes es bien distinta. Casi la mitad de los jugadores cobra menos de 1.000 euros al mes, concretamente 946 euros. Esta es una de las principales conclusiones de una macroencuesta de Fifpro a más de 14.000 jugadores de 54 países y donde España no participó.

El rango salarial más bajo, el de los mileuristas, afecta al 73 de jugadores en África; el 46% en Ámerica; y el 32% en Europa. “Es uno de los mejores trabajos del mundo, pero la gente también debería saber que es difícil alcanzar el máximo nivel y que solo unos pocos consiguen llegar a lo más alto”, recoge el Informe 2016 sobre Empleo Global de Fifpro.

Pobres condiciones

Otro de los mensajes que destaca el organismo que defiende los derechos de los futbolistas profesionales es, aunque parezca mentira, la precariedad del trabajo. "Necesitamos construir un paquete de medidas con todas las partes interesadas para garantizar unas normas mínimas de empleo para todos los futbolistas del mundo, reformar la normativa internacional y pensar en el futuro económico del fútbol. Este dossier debe ser el punto de partida”, explica Theo Van Seggelen, secretario general de Fifpro.

Cuatro de cada diez futbolistas encuestados afirman haber sufrido algún tipo de retraso en el pago de su salario, siendo África (55%), América (40%) y Europa (35%) por este orden las regiones que acumulas más nóminas atrasadas.

El sindicato alerta también que las condiciones laborales no son idóneas a la hora de buscar nuevos destinos, incluso cuando se adeudan varios pagos a los jugadores. El 29% de los jugadores preguntados reconocen haber sido coaccionados para unirse a un equipo que no deseaban en un primer instante, y el 7%, que se aumenta al 11% entre los mayores de 30 años, ha sido tanteado para arreglar un resultado a cambio de dinero.

“En algunos países, clubes y jugadores emplean con frecuencia contratos de carácter secundario que suelen tratar la retribución por el uso de sus derechos de imagen. Dado el valor de mercado de las competiciones nacionales y el potencial de los jugadores en cuanto a marketing, muchos de estos contratos parecen no utilizarse correctamente, por ejemplo, como medio para reducir el pago de impuestos o cotizaciones a la seguridad social”, alerta Fifpro.