Hace un año por estas fechas, muchas voces en el ámbito económico pronosticaban un 2017 marcado por la fortaleza del dólar. “Veremos la paridad con el euro”, llegaron a decir algunos. Pero nada más dejos de la realidad. En 2017 el dólar vivió su peor año desde 2013 con caídas frente a casi todos los cruces, incluido el euro.

Ese euro, con una subida del 14% frente al dólar, se convirtió de hecho en el activo sorpresa de 2017. La escalada de la moneda europea empezó el pasado abril con la victoria de Macron en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas. Y desde entonces pasó de su mínimo anual por debajo 1'04 $ al nivel de 1'20 $ en el que cotiza ahora. ¿Repetirá la hazaña el euro en 2018? ¿Seguirá subiendo?



El sentimiento general del mercado es que el euro prolongará su camino alcista durante 2018. El matiz radica en los niveles que pueda llegar a alcanzar frente al dólar: algunos analistas no lo ven más allá del 1,25 y otros hablan incluso de 1,40.

Lo primero que debemos saber cuándo hablamos del mercado de divisas es que se trata del mercado más líquido del mundo. Lo segundo, que a día de hoy, las divisas son el mejor termómetro para conocer el estado de salud de una economía.

¿Debemos entender por lo tanto que la fortaleza mostrada por el euro en los últimos meses es un reflejo de la fortaleza económica de la eurozona y que este comportamiento se puede prolongar?