La adicción a los opiáceos es un problema que EEUU no puede sortear. Una epidemia que ha provocado 30.000 muertes al año y que le ha costado al país 1.000 millones de dólares desde 2001, de acuerdo con el informe publicado por el instituto Altarum.

Se calcula que de aquí a 2020 esta lacra costará a EEUU otros 500.000 millones de dólares. Pero el coste no es el único problema, ya que esta adicción afecta también a la productividad laboral. Ya lo dijo la antigua Presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, quien se refirió a los opiáceos como los culpables del bajo rendimiento laboral en muchos estados, así como de la caída del bienestar social y emocional que ha quedado reflejada en las encuestas. Lo explica Argemino Barro, corresponsal en Nueva York:



En general, la adicción tanto a fármacos legales como a la heroína que se mueve en el mercado negro afecta principalmente a un perfil de adulto blanco del ámbito rural.