Para el año 2025, la Industria 4.0 y sus máquinas habrán superado a los seres humanos en muchos aspectos. El cálculo del Foro Económico Mundial (WEF) es que el desarrollo de las tecnologías de la automatización y la inteligencia artificial se llevará por delante 75 millones de puestos de trabajo. Sin embargo, podría conllevar la creación de otros 133 millones de empleos a medida que las empresas reorganicen su división del trabajo, lo que arrojará una diferencia positiva de 58 millones de nuevos empleos netos para 2022, según el informe “The Future of Jobs 2018”.



Este proceso también implicará cambios significativos en la calidad, localización y el formato de los nuevos roles del mercado laboral. Además, según el informe el empleo permanente a tiempo completo podría disminuir ya que algunas empresas podrían optar por trabajadores temporales, autónomos o contratistas especializados, mientras que otras podrían automatizar gran parte de las tareas.

En la actualidad, el 71% de las horas de trabajo son realizadas por personas, en comparación con el 29% que realizan las máquinas. Para 2022, se espera que esta cifra pase al 58% en el caso de los seres humanos y al 42% en el de las máquinas.

El informe alerta de que si bien la automatización podría ayudar a incrementar la productividad, las compañías deben invertir en sus empleados para seguir siendo competitivas y no perder el impulso de la nueva revolución industrial. También se necesitarán nuevos conjuntos de habilidades y formación para las plantillas.