Christine Lagarde, principal nominada a la presidencia del Banco Central Europeo, ha presentado su denuncia definitiva como directora gerente del Fondo Monetario Internacional, que será efectiva a partir del 12 de septiembre. Lagarde, quien ya cuenta con el apoyo de 19 países socios del euro que seguramente le permitirán asumir el cargo de presidenta del BCE el próximo 1 de noviembre, asegura que ha tomado la decisión porque "ahora hay mayor claridad" sobre el proceso de su nominación como presidenta del BCE "y el tempo que llevará".

Con su dimisión, Lagarde ha puesto en marcha el proceso de relevo en la dirección de la institución, que desde el pasado 2 de julio se había delegado a las manos de David Lipton y hoy se ha convertido en director gerente interino. El Comité Ejecutivo del Fondo, formado por 24 países, abrirá el plazo para que los interesados en el puesto presenten candidaturas, proceso que no se esperaba hasta 2021, y llevará a cabo un filtro para dejar la selección en varios finalistas que tendrán que pasar por una entrevista personal.

Aunque desde hace décadas la dirección del FMI siempre ha correspondido a un europeo y la del Banco Mundial a un estadounidense, muchos países han empezado a cuestionar esta tradición.