"El hecho de que no haya rentabilidad interesante en el mercado atrae mucho flujo hacia otras inversiones como el oro u otros activos", asegura Jens Weidenbach, director de Degussa en España, en un entorno de rentabilidades negativas en los bonos soberanos del Tesoro.

Para los emisores, este entorno es fantástico porque "ya no pagan para obtener liquidez", apunta. Para los fondos de inversión, Weidenbach se pregunta: ¿qué quieren pagar a sus inversores, si ya no pueden obtener una rentabilidad positiva?

El oro físico es un activo sometido a una cotización continua y no tiene una rentabilidad fija. Pero el director de Degussa asegura que algunos de sus inversores han obtenido una rentabilidad de entre el 25% y el 30% en los últimos seis meses.

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