En los últimos días llegaba una noticia devastadora para la industria en nuestro país: Nissan cierra su planta en Barcelona, dejando en la calle a 3.000 trabajadores. También peligran 20.000 puestos indirectos. Un desencandenante que ha puesto sobre la mesa varios asuntos: la necesidad de un plan industrial, con atención a la automoción, la reconstrucción tras la crisis del coronavirus y cómo hacer todo ello con atención al cambio climático.

Es un mal momento para el sector del automóvil. La crisis del coronavirus ha ahondado los problemas que hace tiempo atraviesa esta industria. Las matriculaciones de coches han caído un 72% en mayo, tras hundirse un 96% en abril. Son las dos mayores caídas de la serie histórica.

Los expertos defienden que habría que aprovechar la coyuntura del coronavirus y encarar la recuperación con una perspectiva medioambiental, una reconstrucción verde. La Comisión Europea y el Parlamento Europeo están comprometidos con esa perspectiva, de reconstruir la economía en base al Pacto Verde Europeo.

Este acuerdo recoge que la UE será climáticamente neutra en 2050 y el bloque se propone hacerlo mediante la inversión en tecnologías respetuosas con el medio ambiente, apoyando la innovación en la industria. También mediante sistemas de transporte público y privado más limpios, más baratos y más sanos.

Otros objetivos pasan por descarbonizar el sector de la energía, garantizar que los edificios sean más eficientes desde el punto de vista energético y colaborar con socios internacionales para mejorar las normas medioambientales mundiales.

Pero si hay una industria que tendrá que cambiar para adaptarse a la nueva realidad, será la del automóvil. Y para España, es un sector estratégico, que aporta el 10% del PIB.

Es por eso que Pedro Sánchez, anunciaba que el Gobierno aprobará un plan para reactivar el sector de la automoción. El presidente del Ejecutivo reconocía que es uno de los sectores más golpeados por la crisis del coronavirus y que por ello contará con programas de estímulo. En concreto, ese plan para la automoción contará con seis ejes de actuación y además otros cuatro transversales.

Los principales objetivos son renovar el parque de vehículos hacia otro más moderno y eficiente, estimular las inversiones para ganar competitividad y fabricar vehículos en el país, además de fomentar la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i).

El Gobierno también quiere modificar la fiscalidad del sector, garantizar la liquidez y la financiación de las empresas del ramo y aprobar también medidas en el ámbito laboral.

Impulso al vehículo eléctrico

Dado que hay que cumplir con los objetivos de reducción de emisiones, se debe dar un impulso al coche eléctrico. En este sentido, el Gobierno también prepara la anunciada Ley de Movilidad Sostenible que, para la fabricación y comercialización de vehículos sostenibles.

Coche eléctrico de Nissan Photo by Jan Kaluza on Unsplash
Coche eléctrico de Nissan - Photo by Jan Kaluza on Unsplash

Ahora mismo, el uso de estos vehículos sigue siendo escaso. Aunque sus compras aumentaron un 64% en 2019, su cuota seguía siendo muy baja, en el 0,9%. Detrás de esto está su precio, pero también las pocas facilidades a la hora de recargarlos.

Se espera que para impulsar esta modalidad de vehículos, esta semana el Gobierno apruebe el Plan MOVES 2, dotado con 65 millones de euros (20 millones más que en la edición anterior), para dar ayudas de hasta 5.500 euros a la compra de coches eléctricos.

Pero lo cierto es que los expertos consideran que con un plan para la automoción no basta. La industria ha pasado de tener bastante peso en nuestro país a estar bastante desatendida. Su aportación al PIB ha pasado del 28% en 1980, al 12% en 2019 (algo más si se incluye la energía).

Desde la CEOE, Antonio Garamendi ha explicado que los puestos de trabajo que se generan dentro del sector industrial, son más estables y de mayor duración. Aquellas Comunidades Autónomas donde la industria tiene más peso, cuentan con una tasa de paro inferior a la del resto de España.