El Banco de España ha publicado su primera estimación sobre el PIB nacional en 2018 y proyecta un crecimiento del 2,1%, dos décimas menos que en el ejercicio anterior.
El banco central, que espera alzas del PIB del 2,7 por ciento en 2016 y del 2,3 por ciento en 2017, señala que la desaceleración progresiva se produciría por una previsible pérdida de fuerza de algunos de los elementos transitorios que han impulsado la economía recientemente.

En concreto, se refiere a la bajada del precio del petróleo, la depreciación del euro o algunos estímulos presupuestarios que se compensarían parcialmente a medio plazo con una recuperación "paulatina" de los mercados de exportación.

El Banco de España estima que se seguirá creando empleo a tasas elevadas en relación al crecimiento del PIB, lo que permitirá disminuciones adicionales de la tasa de paro, que a final de 2018 se situará en torno al 17 % de la población activa.

Los precios de consumo se recuperarán en línea con la subida proyectada para el precio del crudo y con el repunte gradual de la inflación subyacente (sin energía ni alimentos frescos), lo que elevará la inflación un 1,7 % en 2018.

Respecto al déficit público, calcula que se situará por debajo del umbral del 3% del PIB en 2018, un año más tarde de lo que exige Bruselas. Mejora sus previsiones para 2016 cuando reduce el nivel del 4,4% al 4,1%, por encima del 3,7% exigido por la Comisión Europea.