Ya lo sabían los Reyes Magos: el oro es un regalo perfecto para estas fechas. ¿Y quién osaría contradecir al Rey Baltasar, experto en este metal precioso?

Regalar oro es una larga tradición en muchos países como Alemania, Austria o Suiza. Pero también existe esa tradición en otras zonas como en Oriente o en Latinoamérica. "El oro reúne dos aspectos: es regalo e inversión", asegura Jens Weidenbach, director de Degussa en España. Quien recibe un lingote o una moneda de oro puede decidir guardar el producto o liquidarlo.



En España, esta tradición empieza, aunque no es tan habitual como en otros países u otras sociedades. No muchos españoles tienen la percepción de oro como regalo o como regalo de inversión.

Abrimos de par en par las puertas de Degussa para descubrir todos los productos de inversión que ofrece. En el caso del oro exento de IVA, podemos encontrarlo en cantidades muy pequeñas y asequibles para todos los bolsillos.

Las monedas de una onza suelen ser en España el producto estrella, debido a la poca tradición de regalar oro. Tras las monedas de una onza, los españoles suelen decantarse por el lingote de una onza, de 100g, de 200g y de 1kg. Estos son, por lo general, los productos más vendidos.

Pero no todas las monedas tienen necesariamente un aspecto tradicional. También hay hueco para los más fanáticos o amantes del cine. En concreto, podemos encontrar monedas con los motivos de una de las sagas más famosas de la historia del cine: Star Wars. Y es que los Reyes Magos también acuñan monedas con la cara de Han Solo o del maestro Yoda.

A parte de estos productos de inversión, podemos encontrar regalos más emocionales, también relacionados con el oro o con otros metales preciosos, como relojes de platino o rosas bañadas en oro.

Y si nos hemos portado extremadamente bien y Sus Majestades de Oriente pueden permitírselo, existen otros regalos más exclusivos, como un dominó de plata o un ajedrez con fichas de oro.

El oro, un regalo más antiguo que la Navidad, puede ser el obsequio de estas fiestas en pleno siglo XXI.