Este miércoles, el Fondo Monetario Internacional (FMI) asestó un duro golpe de realidad a España con sus previsiones macroeconómicas derivadas de la crisis de la Covid-19. Tras casi 100 días de estado de alarma, la contracción del PIB será del 12,8%, la economía más afectada junto con Italia.

Entrevista Capital con Santiago Carbó

Santiago Carbó, Catedrático de Economía de CUNEF y Director de Estudios Financieros de Funcas

"Tuvimos que tener el país cerrado más tiempo que en otros sitios", destaca Santiago Carbó, catedrático de Economía de CUNEF y director de Estudios Financieros de Funcas. "Nuestra economía depende del turismo y quizá no tenemos la mejor eficiencia para gestionar la crisis y eso se notará en el medio y largo plazo", añade.

Tras la reactivación, muchas empresas y empresarios se han quedado en el camino y no han podido reabrir sus negocios. "Las ayudas que se están dando deben tener más agilidad", señala Carbó en Capital, la Bolsa y la Vida con Luis Vicente Muñoz.

El catedrático de Economía de CUNEF recuerda que durante la crisis económica, la Comisión Europea aprobó un marco transitorio para que las empresas, autónomo e, incluso, pequeñas y medianas empresas pudieran recapitalizarse con ayudas públicas.

¿Por qué aún no se ha hecho eso en España? Se pregunta el director de Estudios Financieros de Funcas. "Alemania y los países nórdicos sí lo han estado haciendo", añade.

El BCE, el gran salvador

A pesar del desplome de las principales economías europeas, el descalabro no ha sido mayor gracias a la flexibilidad y rapidez del Banco Central Europeo (BCE). "Sin el BCE lo estaríamos pasando muy mal. Eso no se nos puede olvidar", destaca Carbó.

Sin embargo, la preocupación aumenta al mirar las cifras del déficit de España. El FMI también empeora con fuerza la previsión de incremento del agujero fiscal español, que se dispararía este año desde el 2,8% del PIB de cierre de 2019 al 13,9%, frente al 9,5% previsto por el organismo en abril.

A su vez, el desequilibrio de las cuentas públicas también supondría un fuerte incremento de la deuda pública española, que acabó el ejercicio pasado en el 95,5% del PIB y saltaría este año hasta el 123,8%, en lugar de al 113,4% estimado inicialmente.

"Nuestro problema no es el impacto del déficit público hoy, es no haberlo corregido hace años", sentencia Carbó.