Cuando hablamos de la minería de oro nos imaginamos al típico minero con su casco y lleno de polvo, pero el proceso es mucho más complejo que eso. Un proceso que emplea a más de un millón de personas y a más de tres millones de manera indirecta y que en diciembre de 2017 había aportado más de 170.000 millones de dólares a la economía mundial: lo equivalente al PIB de Ecuador, Ghana y Tanzania juntos. De hecho, en ocho de los principales países productores de oro las compañías mineras generaron más del 10% del PIB. Y, hasta diciembre de 2017, ya se había extraído casi 190.000 toneladas de oro a lo largo de la historia. Escucha el reportaje completo en el siguiente podcast.

Teniendo en cuenta que, aparentemente, este metal precioso es indestructible, todo ese oro sigue de una forma u otra con nosotros. ¿Es mucho, es poco? Un informe del World Gold Council dice que, si juntáramos todo el oro que existe y formáramos un cubo, cada lado del cubo solo mediría 21 metros, es decir, lo mismo que un edificio de unas 8 plantas.

Aunque el oro todavía no se ha acabado y podemos seguir sacando más, en concreto, se añaden 3.000 toneladas de oro al mercado cada año. Pero, ¿cuánto ha pasado desde que se encontró ese oro en la tierra hasta que se ha puesto en el mercado? Es un proceso largo y costoso, concretamente podría alargarse hasta 115 años.

El primer proceso es el de exploración. Las compañías tienen que ponerse manos a la obra para estudiar minuciosamente esas zonas donde todo apunta a que podría haber oro (normalmente, lugares con concentraciones de minerales como el cobre y la plata). Una vez se considera que ahí puede haber oro, tienen que perforar la tierra para recoger muestras y después se crea una maqueta del yacimiento y se estudia la manera más eficiente y económica y sacar el oro. Si sale todo rodado, el proceso podría tardar como mínimo 1 año, pero si se complica la cosa podría retrasarse hasta 10 años.

Una vez eso está controlado se entra en la fase de desarrollo, que incluye la planificación y la construcción del proyecto de minería teniendo que obtener las licencias y los permisos pertinentes, levantar la infraestructura necesaria y contratar personal. Solo eso ya podría llevar hasta 5 años. Y por último, meternos en harina: comenzar a extraer los minerales del yacimiento.

Cuando ya se ha extraído tiene que pasar un procesamiento para recuperar el metal. Más tarde serán convertidos en lingotes todavía sin refinar que pueden contener todos los metales juntos (oro, cobre y plata) y después habría que llevar esos lingotes a la refinería para separar los metales y conseguir el oro puro. Y un proceso tan complicado como este puede llevar hasta 100 años para completarse.

En total, unos 115 años de máxima para obtener el metal precioso brillante y dorado que nos ponemos en las joyas y en el que invertimos nuestro dinero. Se convertirá en ese oro inmortal que, en teoría, no podrá destruirse y que pasará toda su vida de un lugar del mundo a otro y de unas manos a otras.