El ránking mundial de competitividad publicado por el Foro Económico lo encabeza Suiza por noveno año consecutivo. Le sigue EEUU, que sube una posición y deja a Singapur en el tercer puesto.

Holanda y Alemania se mantienen en el cuarto y quinto puesto, respectivamente, por delante de Hong Kong, que mejore tres posiciones y es una de las subidas más importantes en la clasificación de este año.

Suecia baja un puesto hasta el séptimo lugar, al igual que el Reino Unido y Japón. Finlandia se mantiene firme en el décimo puesto.

España ha perdido dos puestos en este informe Competitividad Global 2017-2018 y queda en el 34 de los 137 analizados aunque ha mejorado algo su puntuación general

España se sitúa en la primera parte de la mitad del ránking global, por detrás de economías como Chile, Tailandia, la República Checa, Arabia Saudí, Estonia, Islandia, China, Corea del Sur, Catar, Irlanda, Malasia, Francia, Australia, Bélgica, Luxemburgo, Austria, los Emiratos Árabes Unidos, Israel, Taiwán, Canadá, Nueva Zelanda, Dinamarca y Noruega.

En su análisis sobre Europa, los expertos del Foro Económico Mundial consideran que "no parece haber demasiados indicios de mejora para abordar la división norte-sur de la región". Esto se ve en los puestos que ocupan España, Italia (43) o Grecia (87) frente a los líderes Holanda, Alemania o Suecia, aunque Portugal ha subido cuatro puestos hasta el 42.

A nivel global, los expertos del Foro sostienen que diez años después de la crisis financiera mundial las economías siguen corriendo el riesgo de sufrir nuevos impactos y no están preparadas para la próxima oleada de innovación y automatización.

Los factores más problemáticos para hacer negocios en España es una burocracia ineficaz, los impuestos, unas regulaciones laborales restrictivas, la insuficiente capacidad de innovar y el acceso a financiación, según una encuesta efectuada a ejecutivos. España saca buenas notas en infraestructuras, el tamaño del mercado (17) y en la educación superior y la formación (28), ya que en este último capítulo ha subido tres puestos. La sofisticación empresarial se coloca con el puesto 29, aunque sin escalar posiciones.

El análisis dedicado a España revela además flaquezas en el entorno macroeconómico, donde pierde principalmente por el déficit y la deuda cuatro puntos hasta el puesto 90 pese a los ajustes acometidos en los últimos años. Otro reto de España es mejorar la eficacia del mercado laboral, donde baja una posición, hasta el puesto 70. En este capítulo destaca especialmente el puesto 115 en las prácticas de contratación y despido.