La robusta demanda global impulsa las exportaciones de China, que sorprenden en el mes de abril con un crecimiento del 12,9% superando las previsiones del consenso del mercado y tras la sorprendente caída del mes anterior. Las ventas al exterior, y el consecuente resultado en la balanza comercial, dan un colchón magnífico a Pekín en plenas conversaciones con Washington y en medio de la acalorada disputa comercial con Donald Trump. Los datos servirían de apoyo para suavizar el hipotético golpe de cualquier choque en el terreno comercial global.

El mayor exportador del mundo registra un superávit comercial de 28.800 millones de dólares en abril, frente a los 24.700 millones esperados. Mientras, las importaciones crecen un 21,5% y también superan las estimaciones, lo que sugiere que la demanda doméstica china también continúa en buena forma a pesar del aumento de los costes de los préstamos y del enfriamiento de la inversión inmobiliaria. Crecen las compras al exterior de soja y petróleo aunque caen las de mineral de hierro y carbón.

A pesar de las amenazas mutuas de las dos grandes economías mundiales en los últimos meses, con mucho argumentario por parte de Estados Unidos a cargo del déficit con China, la realidad es que esta brecha comercial de 200.000 millones que Donald Trump busca tapar no hace más que aumentar.

El superávit comercial chino con la economía norteamericana aumenta en 7.000 millones de dólares entre abril y marzo, y se expande hasta 22.190 millones. Entre enero y abril, asciende ya a 80.400 millones de dólares con un aumento de las exportaciones del gigante asiático a Estados Unidos del 13,9% y del 11,6% en el caso de las exportaciones.

Pero no solo eso, aumenta también el dinamismo comercial en la región y el intercambio de bienes de China con sus socios más cercanos como explica Rafael Galán en Capital, la Bolsa y la Vida. Es el caso del comercio con Vietnam, que cada vez gana mayor relevancia como proveedor de china, “incluso con la fortaleza de las divisas”.