Por tercera vez, Fomento y Ayuntamiento de Madrid llegan a un acuerdo para impulsar el proyecto Madrid Nuevo Norte, heredero de la "Operación Chamartín", pero existen ciertas dudas acerca de la realidad de ese acuerd; "no por su falta de existencia, sino porque luego queda en nada". Así lo explica en Capital Radio el encargado del área de urbanismo y portavoz adjunto de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Bosco Labrado.



El Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Fomento y Distritito Castellana Norte han sellado el acuerdo inicial para el impulsar la Operación Chamartín. El documento supone cambiar de forma considerable el que se pretendió iniciar en 2015. Así, se reduce la capacidad de edificación en 708.500 metros cuadrados, estimada en 2.662.500 metros cuadrados, frente a los 3.371.000 metros cuadrados del Plan Parcial de 2015. Los grandes ejes de la operación renombrada como Madrid Nuevo Norte pasan por priorizar la calidad medioambiental mediante la creación de corredores verdes, incrementar la creación de vivienda pública, potenciar la relevancia de la Estación de Chamartín, que se convertirá en el nodo de transporte más importante de España, apostar por el transporte público y diversificar el control de los operadores de transporte en esa zona, algo que debería abaratar en cierta medida los costes de esa parte de la operación.

Después de varias décadas de negociaciones, BBVA y San José, propietarios de los derechos de los terrenos, llegaron a un acuerdo el pasado verano con el Ayuntamiento de Madrid, y Fomento, titular del suelo situado junto a la estación de Chamartín, para llevar a cabo este desarrollo urbanístico que, desde ese momento, será de iniciativa pública y no sólo privada.

El plan se divide en cinco ámbitos (Estación de Chamartín, Centro de Negocio, Fuencarral Malmea, Fuencarral Tres Olivos y las Tablas) y dos grandes áreas. Madrid Nuevo Norte va a contar con más de 10.500 viviendas (frente a las 19.000 del plan anterior), de las que el 20% serán de uso público.