El domingo por la noche se celebra la 90 Gala de entrega de los Premios Oscar. La industria cinematográfica estadounidense está sufriendo un cambio notable que puede desembocar en un nuevo orden en Hollywood. Las claves: fusiones de compañías, más presencia de las mujeres y el poder cada vez mayor de las plataformas de Internet. Algo que se escenificará en la entrega de premios más importante del cine.

Las señales del cambio en Hollywood son claras. Y comienzan por el panorama que los últimos movimientos empresariales pueden provocar en el sector. AT&T sigue en medio de su proceso de adquisición de Time Warner, y se haría con el control de uno de los principales estudios de Hollywood, Warner Bros. Pero el movimiento de Disney para adquirir los activos de entretenimiento de Fox dará a la empresa de Mickey Mouse unas cotas de poder en la taquilla que serán difíciles de alcanzar por sus rivales.

Otro de los cambios tiene que ver con la importancia que han adquirido las plataformas de ‘streaming’ en la propia industria cinematográfica, lideradas por Netflix y Amazon. La empresa de Jeff Bezzos tiene presencia en los Oscar con la comedia The Big Sick, que distribuye, y que está nominada a mejor guión original. El año pasado, la película Manchester by the Sea, también distribuida por la compañía de Jeff Bezos, ganó dos estatuillas.

En cuanto a Netflix, este año ha hecho historia en los Premios Oscar. Además de conseguir cuatro nominaciones en las categorías de corto, documental y película extranjera, ha obtenido otras cuatro candidaturas por su película original Mudbound.



La plataforma no había recibido hasta la fecha una nominación para estos premios por una película de ficción. Mudbound, película sobre la segregación racial en EEUU, está dirigida y escrita por Dee Rees, mujer de color candidata a galardón por el guión adaptado. Además, la película  marca otro hito. Y es que Mary J. Blige es la primera mujer afroamericana nominada en más de una categoría el mismo año: mejor actriz de reparto y mejor canción.

Oscars en blanco y negro

Y aquí está el otro elemento que puede marcar la ceremonia de los Oscar este domingo, y la industria en los próximos años. Dejamos atrás el famoso #OscarsSoWhite. El año pasado se dio el primer paso, con el éxito de estatuilllas, incluida la de mejor película, para Moonlight.

El director y guionista, Barry Jenkins, casi no se lo creía. Sobre todo, después del problema con los sobres. Este año, además de Mudbound, entre las películas importantes de los Oscar destaca otra historia liderada por afroamericanos y con mensaje anti racista: Déjame salir, nominada, entre otras categorías, a mejor película. Jordan Peele, además, es el quinto director negro nominado hasta la fecha. Eso sí, ninguno ha ganado.

Pero el movimiento #MeToo también dominará la gala y las mujeres serán protagonistas. ¿Será este año el segundo en el que veamos a una mujer recoger el Oscar como mejor directora? La única vez que ha ocurrido hasta ahora fue hace casi una década.

Fue Kathryn Bigelow, directora de En Tierra Hostil. Se enfrentaba en la categoría a cuatro hombres. Lo mismo que le pasa este año a Greta Gerwig, responsable de Lady Bird, también nominada a mejor película. Aunque lo tiene difícil. Pero hay una mujer cada vez más influyente en Hollywood que vuelve a estar presente en los Premios Oscar. Es Megan Ellison, activista del movimiento LGTBI y con multitud de opremios y nominaciones en los Oscar por varias producciones en los últimos años. La hija del fundador de Oracle es productora de El Hilo Invisible, la última de Paul Thomas Anderson, candidata a seis premios, entre ellos el de mejor película.