El gigante tecnológico surcoreano espera un beneficio operativo de casi 12.000 millones de euros para el primer trimestre del año. Esto supondría para Samsung Electronics una mejora del 57,58% interanual y una cifra récord gracias a la buena evolución de los teléfonos inteligentes y la división de chips después de reemplazar a Intel el año pasado como el mayor fabricante de chips del mundo por ventas.

Sin embargo, la reacción del mercado ha sido negativa y sus títulos han caído más del 1% durante la sesión asiática por el temor a que precisamente el impulso de la división de semiconductores esté agotándose.

Además, aunque las previsiones de la empresa con sede en Suwon para el periodo enero-marzo superan lo esperado por el consenso del mercado, los analistas pronostican ganancias similares o incluso menores para el segundo trimestre del año por el menor crecimiento en los precios de los chips DRAM y unos mayores costes de marketing ligados al Galaxy S9. Los resultados serían también inferiores por las menores ventas del modelo iPhone X de Apple, cuyas pantallas fabrica Samsung.

Como es habitual, Samsung no anuncia en su informe de previsiones sus cálculos para el beneficio neto y tampoco detalla las cifras por divisiones de negocio. Sí anuncia que su facturación alcanzará 56.384 millones de dólares, un 18,69% más anual.

Detrás está el impulso de las ventas del nuevo modelo Galaxy S9, del que habría vendido unas 10 millones de unidades en todo el mundo, y la división de chips, la de más peso en las cuentas gracias a la alta demanda para proveer fabricantes de teléfonos móviles y servidores. Las ventas de memorias DRAM y NAND han crecido especialmente, lo que a su vez ha hecho subir los precios de estos productos por encima del 5% en algunos casos.