Que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, se mueve como pez en el agua en las redes sociales es algo sabido, pero que el análisis y comportamiento de los estadounidenses le lanzó al sillón del Despacho Oval de la Casa Blanca se desconocía. Una investigación conjunta de The New York Times y The Observer han puesto en el punto de mira a Cambridge Analytics y a Facebook.



Las redes sociales recopilan gran cantidad de información de sus usuarios y Facebook especialmente con más de 2.000 millones de usuarios repartidos por todo el mundo. Una mina de oro, que bien explotada permite ganar una elección. “Para capturar un votante tradicional necesitas una media de 200 dólares, usando Facebook solo necesitas 24 dólares”, explica en Capital Radio Álvaro Costa, CEO de Synthetic Data y socio de Cambridge Analytics en España.

Un recorte considerable de los gastos que permitieron ajustar la recaudación de campaña hacia la Casa Blanca. Trump y su comité consiguieron acumular 600 millones de dólares, la mitad que el Partido Demócrata y Hillary Clinton. “Cuando tienes la mitad del dinero que tu rival en Estados Unidos no hay mucha trampa. Las campañas políticas son determinadas por el dinero que tienes y si ganas es que algo ha cambiado”, apunta Costa.

Cambio que se apoyó en 50 millones de usuarios de Facebook. Hasta la fecha, los partidos políticos se gastan grandes cantidades de dinero en cartelería urbana y en folletos que llegan a millones de buzones. “Si tienes una herramienta big data y la usas para entender a tu público, ¿estás manipulando?. Venderle lo que te pide y darle la solución que necesita, ¿estás manipulando?”, destaca el CEO de Synthetic Partners.

Mark Zuckerberg y su plataforma están en el punto de mira del Partido Demócrata y de las autoridades federales estadounidenses por su influencia en las presidenciales que llevaron a Trump a la habitación con más poder del planeta. La investigación de estos dos medios ha puesto a Facebook nuevamente en el punto de mira.

Global Science Research (GSR), y Cambridge Analytics pagaron a cientos de miles de usuarios para hacerse pruebas de personalidad y así obtener sus datos para uso académico. Alrededor de 270.000 usuarios de Facebook se descargaron esta aplicación, pero permitió que se obtuviera información sin consentimiento sobre cientos de sus amigos. De manera ingenua, la propia plataforma dejó vía libre al uso indebido de datos.

Lo único que se exigía el estudio era acceder con la cuenta de Facebook Login, como sucede en muchas otras páginas y servicios que se encuentran en internet. Una vez dentro, el estudio tenía acceso al tesoro de los inscritos y también de sus amigos. Un tesoro preciado que incluye nombre, correo electrónico, gustos, aficiones o contactos.

Cambridge Analytics pagó 800.000 dólares al Dr. Kogan por los datos del estudio. El académico ruso, experto en análisis de comportamiento, nunca informó a Facebook de que los datos fueron vendidos a una compañía externa para ser usados más allá de mero interés académico. Facebook tampoco verificó su petición.

La red social conoció en 2015 que la investigación académica del Dr. Kogan no era tan solo eso, y fue consciente de que la información privada de sus usuarios había llegado a terceros. Desde el viernes, la compañía se ha centrado en recalcar que no se ha tratado de una filtración de datos o una brecha en su seguridad.

De ser considerada así a nivel legal, o admitida por la compañía, estaría expuesta a legislación Californiana que indica que debe informar prontamente a sus usuarios de que sus datos han caído en manos inadecuadas.