Hertz, JC Penney, Chesapeake Energy, 24 Hour Fitness y la lista sigue. Estas son algunas de las empresas que cotizan en bolsa y que han tenido que declararse en bancarrota durante la pandemia del coronavirus. Pero ¿qué supone declararse en quiebra en Estados Unidos? ¿Significa que la empresa no puede seguir funcionando?

Escucha el reportaje completo en el siguiente podcast.

De Hertz a Chesapeake: La verdad sobre declararse en bancarrota

Si hoy entras en el sitio web de Hertz todavía puedes alquilar un coche, lo mismo sucede con JC Penney donde puedes realizar compras online y algunas de sus tiendas físicas siguen operando. Y es que la bancarrota no es una sentencia de muerte.

Las compañías que se declaran en quiebra según el Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos negocian con los acreedores para reestructurar los términos de la deuda. Tomemos el caso de General Motors. La fabricante de automóviles se declaró insolvente durante la última crisis financiera en 2009 y al cabo de unos años recuperó su posición como el mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos. Es decir, es una oportunidad para reorganizarse y recuperarse.

¿Qué pasa con las acciones de la empresa?

En casos de bancarrota los accionistas de la compañía pueden tener derecho a una parte de los activos, dependiendo del tipo de acciones que posean. Sin embargo, la acción en sí misma generalmente no tiene valor.

Las acciones se pueden eliminar de las principales bolsas de valores y se puede agregar una Q al símbolo de las acciones para indicar que la empresa se ha declarado en bancarrota. El lado positivo es que las acciones pueden recuperar valor a medida que la empresa salga de la quiebra.

También, como parte de la reestructuración de la deuda, la compañía puede cancelar acciones antiguas y emitir nuevas. En este caso, deja poco o nada a las acciones originales. Es decir, un accionista ordinario que no tenga peso en la compañía seguramente lo pierda todo.

El Capítulo 7: la muerte de la empresa

De todos modos, esto no termina aquí ya que una empresa puede aplicar a una bancarrota por el Capítulo 7 de la ley. En este caso, la compañía está muerta y también lo están sus acciones. Aunque en este caso, las empresas de las que estábamos hablando han solicitado la bancarrota por el Capítulo 11.

Este año la magnitud de las bancarrotas ya supera la de 2008 y esto no incluye lo que podría suceder cuando el Programa de Protección de Cheques de Pago del gobierno de EEUU deje de brindar subsidios a las pequeñas y medianas empresas, según recoge el portal Fotune.