Iberdrola cierra el primer trimestre del año con un beneficio neto de 828 millones de euros, una bajada del 4,7%, debido en parte al dividendo cobrado en el marco de la integración de su participada Gamesa con el negocio eólico de la alemana Siemens.

La eléctrica española reduce un 8,2% su beneficio operativo bruto o Ebitda, a 1.862 millones de euros entre enero y marzo, en un trimestre marcado por la baja producción de energía hidroeléctrica, eólica y renovable. Además, estas cifras están ligeramente por debajo de lo esperado por el consenso del mercado. Durante este periodo también ha afectado a las cuentas de Iberdrola el cierre de la central térmica de Logannet en Reino Unido en marzo de 2016, que afecta a la comparativa trimestral.

En el lado opuesto, destaca el buen comportamiento de su negocio de redes, principalmente en Estados Unidos, donde su filial Avangrid que cotiza en la bolsa de Nueva York registra unas ganancias de 218 millones de euros, un 13% más.

En cuanto a la inversión, crece un 13,4% en el periodo hasta superar los 1.000 millones de euros. De esta cantidad, un 93% se destina a los negocios de redes, renovables y generación contratada.


A pesar de estos resultados, la compañía espera que sus cuentas mejoren durante el resto del ejercicio y mantiene sus objetivos anuales de crecimiento. Espera un aumento medio anual del beneficio neto del 7,5% hasta 2020, aunque este año ve un crecimiento de un dígito medio.