Pocos días después de conocer la entrada del activista inversor Daniel Loeb en el accionariado de Nestlé, la compañía suiza anuncia una recompra de acciones por valor de casi 21.000 millones de dólares durante los tres próximos años.

Será la mayor recompra realizada en la última década y se canalizará la inversión en categorías de alimentos y bebidas con alto crecimiento; incluido café, cuidado de mascotas, nutrición infantil y agua embotellada. La suiza también busca oportunidades en la atención sanitaria al consumidor, donde ya ha hecho inversiones previamente. Además, el nombramiento hace unos meses de Mark Schneider, veterano en la industria sanitaria, como nuevo CEO sugiere que Nestlé impulsará aún más las inversiones en nutrición y salud.

La empresa de alimentos más grande del mundo explica que el anuncio es resultado de una revisión de sus prioridades de negocio que comenzó a principios de 2017 sin mencionar a Third Point ni sus recomendaciones de mejorar márgenes, comprar acciones o deshacerse de negocios no estratégicos. Sin embargo, no se sabe si los consejos de Loeb en una reunión a principios de este mes se habrían tenido en cuenta a la hora de elaborar el plan de recompra de acciones que comenzará el 4 de julio. Además, el momento del anuncio sugiere que la presión ejercida por el inversor activista y el volumen de compra de acciones mensuales dependerán de las condiciones del mercado, pero probablemente ocurrirá sobre todo en 2019 y 2020.

Por otro lado, la compañía espera ahora incrementar su nivel de deuda a cerca de 1,5 veces las ganancias antes de intereses, tasas, depreciación y amortización (Ebitda) para 2020, desde las 0,8 veces del año pasado.

En cualquier caso, la entrada de Third Point en el accionariado de Nestlé trae esperanza a la compañía y ejemplo de ello es la subida de sus títulos del 4% el pasado lunes, agregando unos 10.000 millones de dólares a su valor de mercado, aunque cayera ayer un 1,6%.

La presión que hay sobre el grupo alimentario más grande del mundo y una de las compañías más valiosas de Europa, rompe con la percepción de que el gigante suizo con más de 2.000 marcas bajo su ala es demasiado grande para caer. Los títulos de Nestlé han tenido un peor comportamiento que los de sus rivales en los últimos años y los inversores están impacientes ante la falta de adaptación de las multinacionales del sector. Mientras Kraft Heinz intentaba hacerse con Unilever y la propia Unilever y Danone elevaban sus objetivos para 2020, Nestlé sigue rezagada. El propio Schneider reconocía recientemente en una conferencia: “El tamaño por sí solo no te protege de los vientos de cambio”.