Todos los diarios anunciaron el martes la noticia: Rusia ya dispone de una vacuna COVID-19 y empezará a suministrarse en los próximos meses. Este miércoles, el ministro de Salud ruso, Mijaíl Murashko, ha revelado que el primer lote de la misma será producida en dos semanas.

El presidente del país Vladimir Putin ha asegurado que la producción masiva comenzará dentro de poco. Aunque comenzarán a recibirla cuanto antes los sanitarios y los maestros, para el resto de la población esperan que esté disponible a principios del año que viene.

Su nombre, Sputnik V no está puesto al azar. Así se llamó el primer satélite soviético en el espacio y que fue autoría de la URSS, el cual llegó antes que Estados Unidos. Por tanto, este nombre representa “una nueva victoria” contra su rival y lleva el mensaje de haber vuelto a ser el más rápido.

Dudas sobre su efectividad

Sin embargo la comunidad científica e incluso la propia Organización Mundial de la Salud han decidido no cantar victoria tan pronto. ¿Por qué?

Lo cierto es que la vacuna ha sido aprobada sin tener los resultados de la tercera y última fase que sí están realizando las demás vacunas en ensayo, una fase que ni siquiera ha concluido. Es más: se espera que estas pruebas comiencen el miércoles 12 de agosto contando con 2.000 participantes. Y según informa la BBC, este proceso puede prolongarse durante meses.

Por su parte las principales farmacéuticas presentes en Rusia, reunidas en la Asociación de Organizaciones de Ensayos Clínicos, han pedido a las autoridades sanitarias del país que aplacen la fabricación de la vacuna hasta que se tengan estos resultados porque “es durante esta fase cuando se obtiene la evidencia más importante sobre la eficacia de la vacuna”.

Frente a esto el portavoz de la OMS Tarik Jasarevic ha señalado en una rueda de prensa que “acelerar los progresos no debe significar poner en compromiso la seguridad”.

¿Qué dice Rusia?

Por su parte, sus creadores, expertos y autoridades afirman que “es una vacuna segura y eficaz” y que todos los voluntarios desarrollaron inmunidad contra el coronavirus, según informa Russia Today. Sostienen que la vacuna permite que el sistema inmunológico sea capaz de producir los anticuerpos necesarios para combatir el virus.

Por ello, el jefe de Epidemiología del Ministerio de Sanidad, Nikolai Briko ha indicado que “no hay motivos” para posponer la aprobación de la vacuna.