Vender el coche de forma rápida es el sueño de todo propietario que necesita liquidez. Aún así es difícil encontrar un sistema de venta que equilibre el precio que se obtiene por el vehículo con el tiempo que se tarda en darle salida: si por ejemplo vendo mi coche en un concesionario, la venta puede tramitarse en el mismo día que se lleva a cabo la tasación, pero el precio es más bajo que si lo vendiese a un particular.

Es precisamente esta delgada línea la que separa el seguir una vía u otra: ¿necesito vender el coche lo más rápido posible, o necesito venderlo por el mejor precio posible? Si se trata de un vehículo muy viejo, con un valor residual potencialmente bajo, la opción más rápida es un Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos, más conocido como desguace. En estos centros, la diferencia entre la compra de las piezas útiles del coche y su posterior descontaminación y venta supone el margen de beneficio que obtiene el negocio. Es decir, que venderás el coche muy rápido, sobre todo si puedes conducirlo tú mismo hasta allí y no necesitas de una grúa, pero el precio será el más bajo del mercado de compraventa.

Si vendo mi coche a un concesionario estoy optando por el segundo eslabón en la relación precio/ tiempo. El concesionario también te hará una oferta casi inmediata por tu coche después de tasarlo. Pero, a diferencia del desguace, el valor del vehículo puede cambiar sustancialmente de un concesionario a otro, por lo que deberás visitar varios antes de decidirte por uno, y no todos te harán una oferta en firme sin tener antes un compromiso de venta. En estos casos, además, el precio final del coche dependerá mucho del “potencial” del coche para ser vendido. Ten en cuenta que, aunque el concesionario te compre el coche en el día, ellos aún tardarán en darle salida semanas o incluso meses, y esta estimación repercutirá en el precio que te ofrezcan por él. También deberás descontar el coste de la tasación del valor final.

La tercera opción de compraventa, y una de las más frecuentes en España, es entre particulares. Es el método que te reportará mayor beneficio económico de los tres, aunque en este caso, la labor del concesionario la absorbes tú. Tendrás que calcular el precio correcto del coche en función de su antigüedad, uso y demanda, gestionar los anuncios, ponerlo a punto, enseñarlo a posibles compradores y redactar el contrato. Eso sin olvidar las gestiones relativas al cambio de titularidad del vehículo, además de dar de baja el seguro o solventar la financiación del coche. Si valoras tu tiempo en oro, es posible que encuentres este proceso largo y menos rentable de lo que parecía en un primer momento.