Starbucks se atraganta con la campaña electoral. “Un trimestre anómalo”, así explica su CEO, Howard Schultz, los resultados decepcionantes que ha experimentado la compañía tanto en Europa como en EEUU. Los ejecutivos de la cadena de cafeterías han citado las preocupaciones de terrorismo global y la incertidumbre política estadounidense como dos de los motivos que debilitan la confianza del consumidor.

La campaña electoral estadounidense ha sido un factor clave en la debilidad de la demanda de Starbucks. Pero a ello hay que sumarle otro factor: el retraso de la Frapuccino Happy Hour, una promoción ya muy popular en la cadena de cafeterías que este año no ha tenido el recibimiento esperado.

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Starbucks ha presentado unos ingresos de 5.240 millones de dólares, un 7% más que el año pasado pero menos de lo esperado por los analistas. Su beneficio ha alcanzado los 754 millones de dólares, un 16% más que el mismo periodo del año anterior.

Las ventas comparables en Europa, Oriente Medio y África han caído un 1. Las ventas totales en Europa han caído un 7% debido a la volatilidad en Reino Unido, su mayor mercado en Europa, y la venta de sus tiendas en Alemania, que había sido su mayor mercado en la Europa continental.

Mientras tanto, sus ventas comparables en China crecen un 7%. China es una pieza clave en la expansión internacional de Starbucks. La compañía espera que el gigante asiático supere a los EEUU como su mayor mercado. La compañía suma 2.300 tiendas en China y espera alcanzar las 3.400 en 2019.