WeWork (nosotros funcionamos) no funciona tan bien como su propio nombre dice. Quizás un nombre más adecuado sería WeBroke, por seguir con el mismo soniquete.

Esta startup estadounidense de alquiler de oficinas ha dado fuertes bandazos desde que anunció su salida a bolsa, que causó desde el principio una gran expectación en el mercado, puesto que, con una valoración de 47.000 millones de dólares, la salida a bolsa de WeWork se convertía en la segunda mayor de 2019 sólo por detrás de Uber.

Pero esta burbuja se está desinflando. Las fuertes pérdidas de la compañía y las dudas sobre su modelo de negocio la han obligado a recortar su valoración a más de la mitad. Se ha quedado en unos 20.000 millones, pero los expertos apuntan a una valoración incluso inferior.

¿Cómo puede ser esto? Las finanzas detrás de la compañía cuentan la verdadera historia. WeWork ha recaudado más de 12.000 millones en efectivo a lo largo de su historia y no está nada claro cómo la compañía ha aumentado ese número a una valoración de casi 50.000 millones. Pero esta duda la resuelve Jeff Sonnenfeld, decano en estudios de liderazgo en la escuela de gestión de Yale, explica en la CNBC por qué WeWork debería interrumpir su OPV:

"En su modelo financiero: una valoración de 47.000 millones de dólares. ¿De dónde sale este número? Tienen quizás unos 12.000 millones en efectivo de quienes han invertido en ellos. ¿Pero cómo lo llevan a 47.000 millones? Sorprendentemente, en su papeleo de inscripción aparecen esos 47.000 millones, pero no por su valoración, sino que es lo que tienen en pagos fijos de alquiler. ¡Qué conveniente! Se trata de un gran agujero en su modelo financiero. Están perdiendo 120.000 dólares por minuto y 5.200 por cliente. ¿Qué tipo de modelo financiero es éste? No uno prometedor, sino débil".

El resultado: mayor desconfianza en el mercado ante la falta de la honestidad de la compañía. El recorte de la valoración ha hecho saltar las alarmas de SoftBank, accionista líder, que ha destinado en total 10.000 millones de dólares a WeWork a través de su fondo VisionFund. SoftBank pide abortar misión, pero The We Company, que es la propietaria de WeWork, no quiere inyectarle más fondos a la startup, así que todo apunta a que tendrá que seguir adelante con la OPV a una valoración mucho más baja de lo previsto.

De hecho, The We Company está forzando la máquina todo lo posible, ha dicho que WeWork debutará en el Nasdaq y para ganarse algo más la confianza de los inversores ha impuesto una serie de límites al cofundador y CEO Adam Neumann.

De hecho, Neumann tiene parte de la culpa de esa falta de honestidad de la compañía. Él controla la mayor parte de las acciones de WeWork con derecho a voto y ganó 700 millones de dólares vendiendo y pidiendo préstamos usando sus acciones en la startup como garantía. Una señal de que quizás ni él mismo cree en la salida a bolsa, como apunta Sonnenfeld.

Todo esto se enturbia todavía más si ponemos de fondo las dudas sobre el modelo de negocio de WeWork y las dudas sobre cómo alcanzará la rentabilidad. Por todo ello, nos preguntamos si WeWork pasará a ser WeBroke.