YouTube recopila de forma ilegal los datos de los más pequeños de la casa para obtener beneficios de los anunciantes. Así lo denuncia un grupo de defensores de la infancia, el consumo y la privacidad, que ha pedido a la Comisión Federal de Comercio de EEUU que investigue a la subsidiaria de Google.

Según la denuncia, YouTube ha recopilado durante años información de unos 23 millones de niños a través de los canales con contenido exclusivo para ellos. Hablamos de canales con millones de suscriptores que se llenan los bolsillos gracias a las miles de visualizaciones que acumulan. Por esta razón, este grupo de defensores exige una multa de hasta 41.400 euros por infracción, lo que sumará en total miles de millones.



Si esto es cierto, YouTube ha violado la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Internet. Se trata de una ley que limita la forma en la que una empresa puede recopilar datos sobre menores de 13 años. Las empresas deben obtener el consentimiento de los padres antes de recopilar datos de sus hijos.

Pero YouTube se cubre en parte las espaldas. Según sus términos de servicio, la plataforma sólo es apta para mayores de 13 años. Y para iniciar sesión hace falta tener una cuenta de correo en Google, donde el usuario debe decir que tiene más de 13 años.

¿Qué ocurre? Que la plataforma no tiene ningún tipo de protección real o filtro para menores de 13 años. En general, los padres dejan que sus hijos usen sus cuentas o los niños mienten y se crean una cuenta ellos mismos. De hecho, el 45% de los niños entre 8 y 12 años tiene una cuenta de YouTube, según la firma Trendera. Y aunque no fuese así, cualquiera puede ver vídeos de YouTube sin necesidad de iniciar sesión.

Precisamente por esto, YouTube lanzó en 2015 una plataforma sólo para niños: YouTube Kids, que según la propia plataforma sí cumple con la Ley de Privacidad Infantil.

La duda es si la plataforma de YouTube tradicional ha violado o no la ley. Si lo ha hecho, la Comisión podría obligar a la plataforma a añadir una puerta de entrada por edad, una pantalla que pregunta a los espectadores si tienen más de 13 años. El problema es que con esta medida los niños podrían mentir fácilmente sobre su edad y al hacerlo su información quedaría desprotegida. YouTube seguiría ganando la partida en el negocio de los datos.