Dicen de ella que es realista, identificable, una combinación de poesía e ironía. Calle a calle. Plaza a plaza se vive el espíritu del Mediterráneo sobre una tierra que muchos considera un hogar en el que no siempre te esperan.

Con treinta grados a la sobra Joan Manuel Serrat le dedicó una canción a esta amada a la que devoran las ratas, pero quieren las palomas; que por San Juan se quema mientras al cantante le da la espalda aunque le coge de la mano.

Con sus fantasías y sus cicatrices de mil perfumes y colores… mil caras tiene la Barcelona a la que Freddy Mercury de la mano de Montserrat Caballé le vio desfallecer con unos Juegos Olímpicos que en aquel 1992 colocaron a la ciudad Condal en un mapa cada vez más angosto como capital del comercio. Economía pujante y en el foco, la Borsa de Barcelona.

Escucha el decimotercero episodio de "Historias de la Bolsa", un podcast en colaboración con BME:

Corría el año 1831 cuando se crea la Bolsa Oficial. Monopolio en la plaza de Madrid hasta 1890 en un momento fundacional en el que también se le ofrece al mercado de Barcelona la posibilidad de ser una bolsa con todas las de la ley.

Se le dijo si quería, la capital catalana dijo que no que, por aquel entonces, prefería vérselas con el mercado no regulado y potenciando la Lonja del Mar, sede histórica de una Bolsa que hoy atiende a los transeúntes desde el céntrico Paseig de Gràcia.

Estamos en los años inmediatamente posteriores a la Guerra de Independencia, coyuntura en la que Catalunya empieza a ser el gran epicentro productor de la economía ibérica.

Industria textil que ha sido “muy importante” desde los orígenes de un mercado que, según Eduardo Ansaldo, presidente de la Bolsa de Barcelona, cuenta también con un arraigo secular, modernización ligada al vapor, en definitiva, al maquinismo. En las calles compañías de crédito y de seguros.

Ferrocarriles con capital de las pocas familias pudientes o agrupaciones de profesionales que desarrollaron diversos negocios con capital reducido y, por lo general, de corta duración. La mayoría de estas jurídicamente conformadas como sociedades anónimas que dibujan, entre sus filas, un incipiente capitalismo industrial con empresas ávidas de fuentes de financiación.

Por descontado que tenía cabida el recurso al crédito, que siendo utilizado, no es la principal fuente de financiación. Se conforma, poco a poco y de una manera advenediza, el mercado bursátil barcelonés. Contratos de renta variable que se suman y ensanchan el negocio de la Deuda Pública.

Aparece la figura del mediador a imagen y semejanza de los Corredores de Cambios que poblaban ya las calles de Madrid.

Recorrerla en el insomnio

Diferentes épocas que convergen, con el paso de los años, en el nacimiento de la Bolsa de Barcelona. Documentación existe. Entre 1830 y 1914 hablábamos de este mercado libre hasta que un año más tarde, en 1915, se impone la obligación de un Mercado Oficial con el que trabaja hasta la aplicación en 1988 de la Ley de Reforma del Mercado de Valores.

Con el texto comienza un periodo en el que la Bolsa de Barcelona pierde algo de lustro porque Madrid se lleva la palma de un Mercado Intercontectado, es decir, el que habla de un sistema unificado de contratación con cuatro puertas de entrada, pero sobre una sociedad única, la de Bolsas y Mercados Españolas

Siendo este el contexto, Barcelona, como Bolsa de Valores regional es importante y, sobre todo, porque entre todas las características propias de una región como Catalunya, en la empresa se habla de una.

Familias que crecen y conocen mundo. Familias que ven la necesidad de atraer capitales y de, en definitiva, crecer de la mano de la economía. De la mano de la economía y, por supuesto, de la bolsa.

Así lo están haciendo ya muchas. En su mayoría, pequeñas y medianas empresas (pymes) que esperan crecer, pero no pueden hacerlo solos. ¿La alternativa? Un mercado con el que conseguir dinero sin perder el control de la compañía.

Palancas de cambio para el nuevo mundo. Barcelona pasa por ser aquella ciudad a la que poetas con Maragall o Jacinto Verdaguer le proclamaron un “amor” que invita a recorrerla en el insomnio.

Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto con Javier Luengo:

Historias de la Bolsa: Mil perfumes y colores, mil caras tiene Barcelona

La ciudad Condal no quiso a principios del siglo XX contar con un mercado regulado por el pujante negocio del mar y un comercio que le llevaron el esplendor