Tras el corte de suministros de gas ruso a Polonia y Bulgaria, el Kremlin declara hoy que los envíos serán interrumpidos también para otros países si estos no aceptan el nuevo mecanismo de pago en rublos.

Desde Gazprom, la gasística estatal rusa explicaron hoy que la suspensión "por completo" del suministro de gas a Bulgaria y Polonia responde a que ambos países no efectuaron el pago de abril en rublos, como establecía el decreto de Putin del 31 de marzo.

El mandatario ruso ordenó ese día que EEUU, Canadá, el Reino Unido y todos los Estados miembro de la Unión Europea debían abrir una cuenta especial en rublos y otra en divisa en Gazprombank.

Ante la noticia, diez compradores europeos de gas ruso han abierto cuentas especiales en rublos en Gazprombank y cuatro ya han efectuado los pagos en la moneda rusa. Este hecho ha encendido las alarmas de la Comisión Europea.

La presidenta del Ejecutivo europeo, Úrsula von der Leyen, ha asegurado que Europa estaba preparada para este escenario y que la decisión de la empresa pública Gazprom es “injustificada”. Además, ha anunciado que los países vecinos ya están suministrando gas a Varsovia y Sofía para paliar el corte de suministro ruso. Y añade, que las empresas con estos contratos no deben acceder a las demandas rusas ya que supondría un incumplimiento de las sanciones y con ello, un gran riesgo para las empresas europeas.

Las acciones del Kremlin solo dañan a Rusia

La presidenta de la Comisión Europea asegura que en Europa tienen alrededor del 97% de todos los contratos que estipulan explícitamente pagos en euros o dólares. Siendo la solicitud rusa de pagar en rublos una decisión unilateral no acorde a los contratos europeos.

Von der Leyen ha afirmado que la Comisión está pendiente de celebrar una reunión urgente de ministros de Energía de la UE para abordar la situación. También para abordar la idea de que las acciones de Rusia solo suponen una debilidad para el país de Putin, y no para los Estados miembro.

Además, añade que "Rusia se está dañando a si misma" y que el Kremlin está dañando únicamente a la economía rusa porque "están cortando sus futuros e importantes ingresos".

Desde Bruselas aseguran que van a seguir avanzando en reforzar las relaciones entre los Estados miembros para garantizar el suministro de gas y, poco a poco, reducir la dependencia europea de los recursos energéticos rusos.