El ciberespacio está cada día mas cotizado por los ciberdelincuentes, que han encontrado en ello un medio de extorsión con pingües beneficios. Las administraciones públicas, cada día invierten mas dinero en proteger sus datos y comunicaciones, al ser objetivo de constantes ataques. La situación con respecto a la ciberseguridad es aceptablemente buena, pero ello obliga a hacer un esfuerzo titánico por proteger nuestras administraciones de potenciales amenazas. Defender es muy difícil e implica un importante coste en tecnología y medios humanos. Atacar es mucho más fácil. Los ciberdelincuentes Intentan ir a los sitios más apetecibles, lo cual no quiere decir, sin embargo, que sean más vulnerables.

Las smart cities van cobrando de forma creciente un mayor protagonismo, donde uno de los elementos estrella va a ser el coche autónomo, un medio de transporte que pronto va a estar presente, pero ¿nos hemos parado a pensar que ocurriría si un hacker interfiere en uno de ellos? La sociedad aun no es consciente de que nos enfrentamos a un peligro latente intrínseco en las smart cities, como una demostración más de la sociedad digital, pero no olvidemos que cuando introducir tecnología, conlleva riesgos.

En las ciudades inteligentes, otro punto delicado son las grandes redes de suministro, que cada vez tienen mayor componente de transformación digital y donde se está trabajando con intensidad para avanzar en su protección, evitando sabotajes en forma de ciberataques. El sector energético es uno de los que más han trabajado invirtiendo en tecnología IT y en OT de los sistemas de control industrial.

A los fabricantes no hay que permitirles poner en el mercado productos que no sean seguros

En este escenario, la responsabilidad está compartida, es decir, son varias las partes implicadas empezando por los fabricantes, a los que no hay que permitirles poner en el mercado productos que no sean seguros. Pero hablando de responsabilidad compartida, el papel de los ciudadanos es fundamental. Si estos no colaboran y se implican en el compromiso de la protección de sus datos renovando las contraseñas, protegiendo sus equipos con antivirus, o cuidando al máximo su exposición en redes sociales, estamos perdidos El ciudadano debe ser parte de la solución y no el problema.