Cuando hablamos de tecnología, una década es un periodo extraordinariamente tan amplio, que cualquier comparación con otro proceso quedaría reducido a la irrelevancia. Algunos avances que hoy utilizamos cotidianamente no existían hace cuarenta años y, sobre todo, otros muchos existían –al menos conceptualmente–, pero han evolucionado tanto, que apenas se les reconoce. Hace cuarenta años decir multinacional era sinónimo de extranjero y por aquel entonces éramos casi totalmente analógicos y escasamente digitales.

¿Cómo era España desde el punto de vista tecnológico en 1982? En aquellos tiempos, con solo cinco años de parcialmente recuperada la democracia, el interés por la tecnología en España era muy bajo, pues se continuaba con la norma aceptada y no escrita de la frase “que inventen ellos” de Miguel de Unamuno incluida en su ensayo “El pórtico del Templo” que hablaba sobre sobre los avances científicos europeos y norteamericanos, como algo que deberían hacer otros, pero no los españoles.

Los tiempos han cambiado afortunadamente. Ya no hay predicadores contrarios a la innovación y España puede presumir de ser un vivero de inagotable talento. Hemos dado pasos inéditos como situar a Telefónica como la primera compañía española que cotizaba en Wall Street y que dio paso a que otras empresas dieran el paso.

Es el momento de las alianzas entre universidad, formación profesional y empresas como grandes protagonistas del desarrollo y crecimiento español

A lo largo de nuestra historia, no hemos dedicado bastante dinero a la tecnología, pero esto está cambiando y mucho mas que lo hará en los próximos años. La completísima oferta formativa existente en España, va a facilitar que aumenten las capacidades digitales de nuestros compatriotas. El ecosistema empresarial que constituyen las startups, está permitiendo que pequeñas empresas españolas compitan en ese nuevo modelo asimétrico que nos facilita la economía digital.

Es el momento de las alianzas entre universidad, formación profesional y empresas como grandes protagonistas del desarrollo y crecimiento español. Los fondos Next Generation van a contribuir a desarrollar nuevos proyectos. La apuesta real por la innovación y la tecnología va a ser ganada en base a iniciativas basadas en talento, creatividad y oportunidad. Cuarenta años después España se ha reinventado. No paremos su impulso.