Recientemente conocía de primera mano ciertas claves que han permitido el paso a la transformación digital de una organización nacida en España hace más de cien años y cómo había evolucionado el modelo organizativo interno, para adaptarlo a las demandas de cada época. La pandemia ha cambiado por completo nuestra relación con el entorno laboral y esto sin lugar a duda ha sido un hándicap en una organización acostumbrada a unos procedimientos, donde la presencialidad ha sido una constante a lo largo de esos cien años de vida.

Del talento depende en gran medida el éxito de ese proceso transformador

Las compañías han debido a adaptarse, y además muy rápidamente, incidiendo en la búsqueda del talento interno como uno de los activos corporativos más demandados, en el proceso de transformación digital. Del talento depende en gran medida el éxito de ese proceso transformador, donde se plantean dos preguntas clave: ¿cómo se puede manejar la resiliencia en el proceso de digitalización? y ¿cómo se recicla profesionalmente a un empleado?

Steve Cadigan, antiguo vicepresidente de talento de LinkedIn y gurú de talento de Silicon Valley, dibuja un escenario cambiante en el que la velocidad en la toma de decisiones y la agilidad, serán factores esenciales para garantizar la supervivencia de las empresas en la economía digital y afirma: “Estamos en medio de la economía de la ansiedad. Nadie sabe cuál va a ser el futuro de un sector”.

talento

La percepción sobre el trabajo ha cambiado para siempre. Ha llegado el momento de desterrar conceptos tales como permanecer en un mismo puesto durante toda nuestra vida laboral. Entre jóvenes y millennials, el tiempo medio que permanecerán en un puesto son 2,8 años, lo cual corrobora que hoy en día, no hay “lealtad a una empresa” y por tanto el coeficiente de adaptabilidad se ha vuelto clave, convirtiéndose en una de las soft skills más valoradas a corto plazo y esencial para el funcionamiento de los negocios de los próximos años.

La tecnología jugará un papel clave donde la formación se hace imprescindible porque las habilidades técnicas se quedan obsoletas cada vez más rápido y por ello Cadigan afirma: “las empresas deben apostar por la gente que aprende rápido”. Dicho queda: palabra de gurú.