“Los baby boomers tendrán que jubilarse más tarde o cobrar menos pensión”, reflexionó en voz alta José Luís Escrivá, ministro de Seguridad Social. Horas más tarde, reconoció no haber pronunciado su mejor discurso, pero ya era tarde para apagar los fuegos. En la vida, como en el ajedrez, a veces no se puede dar marcha atrás. ¿Estamos a tiempo de salvar el jaque mate? ¿Podemos mover ficha hacia un sistema de pensiones a la `europea´?

Desde la firma del Pacto de Toledo, en España se han sucedido un alud de reformas improvisadas por los distintos gobiernos de facto para escurrir el bulto. Las palabras sostenibilidad y suficiencia resuenan, a menudo, sin la menor reflexión ulterior. Y ante el invierno demográfico que se avecina, amontonamos parches para evitar que las prestaciones del momento se congelen.

Según los mejores ajedrecistas, lo más importante en la partida es adelantarse a los movimientos. Por eso hemos hablado con Pilar Sánchez Iglesias, directora de Previsión Social de IDEAS S.A. y miembro de OCOPEN, una experta sobre el futuro de nuestro país. Pero antes de conocer su estrategia, pasamos revista a los modelos de pensiones que triunfan sobre el tablero. Así se jubilan en Europa…

Los alumnos más aventajados de Europa... y nosotros

En la gestión pública no existen recetas únicas, cada país afrontó el problema de las pensiones a su manera, atendiendo a las señas propias de su realidad socio-económica. Estos son solo algunos ejemplos:

Holanda y Dinamarca, lideran el índice Mercer, como la dama y el rey de Europa, con un sistema de pensiones más sostenible, suficiente e integrador. Su estrategia es similar: soportan su estructura sobre tres pilares. Una pensión básica no ligada al trabajo, sino a la residencia, planes de empresa obligatorios y planes privados con pingües beneficios fiscales. Ambos países superan de largo el billón y medio de euros invertidos en fondos de pensiones, cuando España apenas ronda los cien mil millones. Solo un apunte, los dos tienen un tamaño de población más de la mitad de pequeño que el nuestro.

Alemania y Reino Unido, se juegan su futuro a dos figuras. Alemanes e ingleses proveen una pensión pública más pequeña que la española, pero los primeros tiran del ahorro y los otros apuestan por los planes privados. En el país germano, el tiempo destinado a la formación profesional o estudios universitarios es conmutado como años de cotización, por lo que no es raro ver jubilados anticipadamente a los 63 años. Y al otro lado del Canal de la Mancha, las empresas están obligadas por ley a organizar un fondo de pensiones para sus empleados, que complementa la pensión estatal básica.

España, ocupa el puesto número 22 de 39 del análisis Mercer. Aquí confiamos toda la suerte a un solo peón. Un sistema público de reparto, donde quienes trabajan pagan las pensiones de los ex-trabajadores o jubilados. La prestación no es un fondo de pensiones que puedas exigir a tu nombre, puesto que la Seguridad Social no ahorra ni invierte nada.

De ahí, la fama que se ha ido granjeando como esquema `Ponzi´, una pirámide que necesita de entradas masivas de cotizantes para no venirse abajo. En concreto, tres por cada pensionista para que salgan las cuentas. Ahora, esa tasa de reemplazo es de dos a uno. Pero, ¿qué ocurrirá cuando la ratio siga bajando?

Nuestro no hace una reforma de calado desde los años 90´. En su lugar, se creó el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la mal llamada “hucha de las pensiones”, con el propósito de ahorrar dinero en los años de bonanza para utilizarlo en momentos de crisis y sufragar las pensiones. Eso en la teoría, porque en la práctica, todos los gobiernos, sin excepción, han metido mano al `cerdito´ para asumir gastos ajenos a las prestaciones. En 2011 rozó la cifra de los 70.000 millones de euros, hoy queda calderilla, menos de 2.000 millones...

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Actualmente hay casi 10 millones de pensionistas en España, en 2050 serán 15

Experta, ¿cuál es el mejor sistema de pensiones para ganar partida?

El mejor sistema nunca es uno solo, sino “la combinación de todos ellos”. De hecho, “todos los países están introduciendo cambios estructurales en sus sistemas de pensiones para combinar y favorecerse de las ventajas de los sistemas de reparto y de las de los sistemas de capitalización. Este es el futuro: modelos mixtos con diferentes fuentes de pensiones", señala Pilar Sánchez.

La directora de Previsión Social de IDEAS S.A. lo tiene claro, no es sostenibilidad o suficiencia, es sostenibilidad y suficiencia. “Parece increíble que todavía se nos presenten la sostenibilidad y la suficiencia como dos variables de un dilema sobre las que fuera necesario elegir.

Las reformas que se han planteado desde 2011 han priorizado la sostenibilidad de sistema y todos somos conscientes de que estas reformas tienen una repercusión negativa en la tasa de sustitución, es decir, nuestra pensión representará un porcentaje cada vez menor respecto al último salario lo que se traducirá en un descenso del nivel de vida de los futuros pensionistas”.

No solo nuestro sistema adolece del problema de envejecimiento, se trata de un mal endémico “de las sociedades desarrolladas”. Algunos trabajadores vivirán retiros más largos que los años que han cotizado. Pilar, lo llama, efecto “longevidad”: como “la posibilidad de que los pensionistas vivan más que sus recursos económicos”.

Coincidiendo, en términos de gasto en salud, con el periodo de tiempo donde más recursos destinamos para curar los males causados por el envejecimiento.

Por esa razón, muchos países han decidido retrasar la edad de jubilación, penalización el retiro voluntario anticipado. “España, con la nueva reforma del sistema, se une a esa lista”, explica la experta.

A larga, podemos salir ganando, porque los últimos años de actividad suelen ser un periodo muy provechoso para el ahorro, justo cuando el gasto en la educación de lo hijos ya no es un problema y la vivienda está totalmente pagada.

A la ecuación de las prestaciones, podemos sumarle otras variables: "la mejora en los salarios de los contribuyentes o el aumento de empleo". La lógica es aplastante, “es imprescindible continuar trabajando en la modernización de nuestro sistema de formación profesional y de nuestro sistema educativo en su conjunto.

Con estas bases podremos aprovechar las grandes oportunidades que se nos presentan y nuestro crecimiento en el empleo no solo será cuantitativo sino también cualitativo”.

Y, a fin de cuentas, lo más importante: ¿podemos financiar todo esto? “Sí, el sistema de pensiones puede mantenerse de forma sostenible siguiendo la recomendación del Pacto de Toledo sobre la separación de las fuentes de financiación según la naturaleza de la protección, quedando claramente delimitados, el sistema contributivo y no contributivo".

"Se trata de que las cotizaciones sociales sean suficientes para la cobertura de las prestaciones contributivas (solidaridad intergeneracional) y las no contributivas (los llamados gastos impropios) se financien con aportaciones del Estado a través de los Presupuestos Generales”, concluye Pilar Sánchez.

Ya lo saben, el ajedrez es una lucha constante contra los errores de uno mismo. Una vez aprendes de ellos, te toca mover ficha...