Quiero profundizar un poquito en un tema que me preocupa bastante, porque sin duda, creo que puede afectar gravemente al futuro de España, pero que aún estaríamos a tiempo de resolver porque el daño no es todavía muy grave.

Negocios de carne y hueso

Hablo del desastre y de lo mal que se está haciendo la implantación de la asignatura de emprendimiento en los colegios españoles.

Y es que es asusta la capacidad que tenemos en este país de convertir algo que realmente es bueno e imprescindible para el cambio que necesita la sociedad y cómo se puede convertir en algo desagradable, por obligado cumplimiento, odioso para los críos y que está condenado a morir antes de empezar a ser bueno.

Pero vamos al principio de esta historia que se remonta a apenas hace 4-5 años, cuando se empieza a hablar de la importancia de promover e incorporar en el sistema educativo español la asignatura de emprendimiento como algo novedoso aquí, pero que lleva décadas implantado en los colegios estadounidenses.

Por fin, parecía que las cosas empezaban a cambiar y es que fomentar el emprendimiento en niños, es importante para promover su autonomía y superación ante la vida, pero sobre todo es un cambio radical en la mentalidad española.

Noticias como “los niños de Primaria y Secundaria van a aprender a emprender como aprenden comunicación lingüística o competencia matemática” o “A partir del próximo curso, 2018-19, los alumnos de 5º y 6º de Primaria madrileños cursarán la asignatura ‘Creatividad y Emprendimiento’, “La Consejería de Educación informa de que ya son cinco centros los que han solicitado la autorización para incluir esta asignatura en el próximo curso”, parecían noticias alentadoras y muy motivantes.

Y es que por primera vez en décadas, y quizá hasta en toda la historia de la educación española, los alumnos tenían alternativas al “trabajo para toda la vida”, o “hacer una oposición” o trabajar indefinidamente por cuenta ajena por fin, ser o convertirse en empresario empieza a ser una opción y realmente es gratificante saber que todo el esfuerzo que llevamos años haciendo empresarios y emprendedores de este país en tratar de transmitir estos valores a la sociedad empezaban a dar sus frutos.

Porque sin duda, una sociedad que se empiece a caracterizar por transmitir valores basados en impulsar la creatividad, la capacidad de iniciativa y el trabajo en equipo para desenvolverse en un futuro, en un entorno de emprendimiento, es una sociedad que evoluciona, que no vive estancada en el pasado, que no desentierra muertos ni memorias históricas y que se preocupa por su presente y su futuro.

El problema aquí, en este país, es que cuando algo se pone de moda, todo el mundo se empieza subir al carro, a ponerse medallitas injustificadas y el carro acaba por desplomarse antes de andar sus primeros 100 metros.

Porque al igual que en una empresa, sin un plan claro de trabajo, unos objetivos definidos, marcados y medibles y sobre todo un equipo de trabajo adecuado, la empresa nunca será viable.

Y en esta empresa llamada “educación española” ¡todas las métricas fallan! el objetivo, el plan de trabajo y el equipo, porque digo yo, ¿Cómo es posible que los críos puedan aprender a emprender obligándoles a memorizar términos imposibles o párrafos interminables sobre la definición de emprender?

¿Cómo es posible que les obliguen a subrayar lo que es importante y lo que no, a mandar deberes para casa que acaban teniendo que hacer los padres (y que seguro no podría hacer ni yo después de 25 años emprendiendo!),  a examinarlos sobre los textos subrayados? 

Pero sobre todo, y lo más grave,  ¿cómo es posible que el mismo profesor que enseña matemáticas o lengua sea el que enseñe emprendimiento? ¡Y ya lo mas brutal que me han trasladado algunos padres: en algunos colegios son las propias monjas las que enseñan emprendimiento! ¿De verdad? Pues no bromeo, no.

¿Se puede enseñar realmente emprendimiento en las Escuelas? El debate, desde luego, está abierto. Mi opinión es que más que enseñar emprendimiento en sí, con lo que eso puede conllevar, lo que habría que tratar de transmitir a los chavales, es que existen otras formas de estar en el mundo y que la opción de trabajar por cuenta propia, al menos, una vez en tu vida, es necesario y debería ser obligatorio para todos antes de ser admitidos en cualquier empleo,  y porque en mi opinión, la única manera de hacer que los jóvenes puedan tener asegurado un puesto de trabajo es que sean capaces de crearlo.

Y es que cuando has sido capaz de poner en marcha un sueño, un sueño propio y hacerlo realidad, sin duda, habrás superado varias e importantes batallas que te van a hacer mucho más fuerte y mejor persona, pero sobre todo, te va a permitir entender a otros que con mucho esfuerzo hemos  optado porque esta sea nuestra única forma de estar en el mundo, emprendiendo, creando empresa, dando empleo, porque emprender es trascender, es nuestro granito de arena para transformar la realidad.

Si, ya sé que me pongo romántica y moñas con este tema, pero es que tengo muy claro que enseñar a un niño a pensar que puede conseguir cualquier cosa que se proponga con esfuerzo, que saber que el error y los fracasos no son una derrota y que equivocarse está permitido seria la base de un país de empresarios sólidos y exitosos, adultos con coraje, capaces de no abandonar ante los primeros miedos, capaces de pivotar y adaptarse a los cambios necesarios hasta conseguir la meta, sea cual sea esa Meta en tu vida.

Así es que hoy, desde estos micrófonos, ponemos otro granito de arena para construir un futuro mejor y lleno de oportunidades reales.

Porque en la empresa, al igual que en la vida, las oportunidades no pasan, las oportunidades las creas.