Diferentes circunstancias llevaron a Aroa Sío a abandonar el deporte a los 17 años. Pasó de un día activo a una vida totalmente sedentaria que incluía malos hábitos como el tabaquismo, que le acompañó durante veinte años.

Hasta que un día dijo basta y decidió salir a correr. Su idea era recordar su adolescencia en el atletismo. Hizo un kilómetro y cuando terminó le faltaba el aire. Tenía 36 años y, si ya estaba así de cansada, no quería saber qué pasaría si no cambiaba su vida. Fue entonces abandonar la nicotina y el sedentarismo.

Se puso a entrenar en serio. Y de la cinta pasó a correr a la montaña. Su estreno fue en el Trail de los Montes de Vigo. Ganó, pero sufrió. Fue ese día cuando se prometió a ella misma que no repetiría, pero lo hizo.

Unos amigos la convencieron para que lo intentase de nuevo. Quedaron a primera hora de la mañana y alucinó con la experiencia de correr al amanecer, "era increíble escuchar la noche y recibir el día así. Me cautivó. Ya no hubo vuelta atrás", destaca Aroa.

Si quieres conocer más detalles de su fascinante historia, no te pierdas la entrevista que junto a Ana Samuelsson le hicimos en UNA PERIODISTA EN ZAPATILLAS.