El Royal Bank of Scotland ha terminado el segundo trimestre con unas pérdidas superiores a las previstas por el consenso del mercado, de 1.080 millones de libras. La entidad británica, propiedad del Estado en un 73%, ha explicado que durante este periodo ha tenido que hacer frente a varios litigios e indemnizaciones por la venta indebida de seguros de protección de pago. Provisiones legales que han alcanzado los 1.280 millones de euros en el segundo trimestre.

Pero su CEO se ha mostrado optimista en la presentación de las cuentas. Ross McEwan asegura que la entidad ¨está bien colocada¨ para afrontar la ralentización del brexit. ¨Estamos en la segunda fase de nuestra estrategia, en la que nuestra atención está en dejar atrás los asuntos heredados del pasado y en transformar el negocio de base para poder ofrecer beneficios sostenibles y resultados para nuestros accionistas¨ ha afirmado McEwan.

La entidad con sede en Edimburgo ha sorprendido al aparcar sus planes para establecer una plataforma tecnológica independiente para su filial Wiliams&Glyn  ¨por su complejidad y por el entorno de tipos bajo¨. ¨En su lugar, RBS dará prioridad a la exploración de medios alternativos para una desinversión¨, ha explicado en un comunicado.

Según varias fuentes del mercado, el Banco Santander ha presentado una oferta formal para hacerse con las 300 sucursales de Williams&Glyn. El RBS debe deshacerse de esta entidad especializada en la financiación de empresas antes de  2017. Es una de las condiciones del rescate de 45.000 millones de libras que recibió durante la crisis.